Mario Barrenter, egresado de la Universidad de Piura y Magíster en Educación Superior por la UNSA, combina la comunicación para el desarrollo con la creación artística. Cantautor y trovador activo desde 2008, ha participado en eventos culturales en Perú, Ecuador y Argentina, y grabado dos producciones musicales independientes: "El Chasqui" y "El Viajero". En pandemia creó "Mapamundi", proyecto que dedica canciones a países del mundo, del cual ya publicó "Y el bandoneón" sobre Argentina en YouTube. En el ámbito literario, tras "Anfiteatro Babel" (2021), acaba de publicar "Viajes Ondulares" (2025), poemario que explora la búsqueda de plenitud en armonía con la naturaleza y reivindica a la mujer como agente ecosistémico esencial.
Mario, eres comunicador, docente, escritor y trovador. ¿Cómo conviven todas estas facetas?
La verdad que bien, se complementan. El aspecto trovador se formó desde la experiencia de escuchar a los maestros de la palabra en canción dentro del seno familiar. Mis tíos y algunos primos mayores escuchaban esta música, así conocí de Chabuca Granda, Silvio Rodríguez, Charly García, Joaquín Sabina, Chico Buarque, quienes son influencias en un inicio, y a quienes considero los grandes picos de este arte. Dentro de las ciencias de la comunicación, me afiancé en el perfil del comunicador para el desarrollo, participando en proyectos (sean estatales, privados o mixtos) que van a repercutir en la población, asumiendo rol de intermediador e integrador, donde se necesita ser creativo, empático y muy sincero, algo que también involucra al perfil de docente y al de escritor. La trova, la comunicación, la docencia y el oficio de escribir, engloban el arte de expresarte de la mejor manera posible para influir con mensajes y acciones, en definitiva, implica asumir una visión del mundo.
"Viajes Ondulares" sale cuatro años después de "Anfiteatro Babel”
En realidad, abordan temas distintos. En "Anfiteatro Babel" realizo una crítica de las estructuras sociales, con versos cargados de una emotividad que interpela, llena de desazón, exploro temas metafísicos donde por ejemplo voy contra el consumo lúdico de la violencia y la muerte; mientras que, en este segundo, "Viajes Ondulares", me enfoco en la importancia del movimiento, la búsqueda de la plenitud en armonía con la naturaleza y, la mujer como agente ecosistémico esencial. Ambos esperaron mucho para su publicación, los escribí hace buen tiempo y los edité en diferentes momentos. Por eso, creo son caras opuestas de la misma moneda.
Tu proyecto "Mapamundi" dedica canciones a países del mundo. ¿Qué conecta tu poesía con la trova?
La trova es poesía cantada, diferentes géneros musicales pueden incluir poesía. Mapamundi la tiene y surgió en pandemia. Al ver cómo reaccionaba de forma tan diferente y particular cada sociedad o cada país a la catástrofe, surgió la idea de repasar la historia de varias naciones, rescatar sucesos y personajes icónicos, para expresar en canción un resumen muy particular de sus culturas. Compuse veinte canciones, cada una dedicada a un país seleccionado, y la primera publicada en YouTube es la referente a Argentina titulada "Y el bandoneón", donde hago uso de la ironía para expresar particularidades que me parecen importantes.
Has tocado en Perú, Ecuador y Argentina. ¿Cómo se recibe la trova peruana fuera del país?
Recuerdo que por primera vez toqué afuera, en Cariamanga (Loja, Ecuador), para el evento final del I Encuentro Wayakuntu, encuentro que inicia con una caminata desde Ayabaca (Piura, Perú) hasta esa ciudad. Existe apertura, una expectativa base; saben el tipo de música que van a escuchar. Esto radica en que tenemos muchos aspectos en común, empezando por el idioma, luego está la geografía, la historia compartida y nuestras fortalezas y debilidades similares. Aquella vez toqué la canción "El Chasqui", personaje que justamente pertenece a nuestra historia común.