Personajes

La realeza de las picanterías arequipeñas

Un legado vivo donde cada plato celebra la tradición y el amor familiar que perdura por generaciones

post-img
Pedro Bedregal y Lindaura Durand de La Finita, y Fermina Molina de Tradición Characato
DIARIO VIRAL

DIARIO VIRAL
redaccion@diarioviral.pe

Escribe: María Coaguila Torres

 

En el corazón vibrante de Arequipa, las picanterías no son meros restaurantes; son santuarios de tradición y cultura, donde cada plato cuenta una historia de amor y dedicación transmitida a través de generaciones. En estas fiestas, cada arequipeño sabe que una visita a las picanterías es más que una simple comida; es un viaje a nuestras raíces, un tributo a aquellos que preservaron la rica herencia culinaria de nuestra tierra.

En el Mirador La Ronda 106, en Carmen Alto, en el distrito de Cayma, se encuentra La Finita. Este lugar no es solo una picantería, es el resultado de un amor profundo por la cocina y una devoción a la tradición. Pedro Bedregal, el orgulloso propietario, nos cuenta con emoción que su madre y su abuela eran picanteras. Ellas tenían la sazón, un don especial que convertía cada plato en una obra maestra. Pedro, por su parte, heredó el paladar, una capacidad casi mágica para reconocer y perfeccionar los sabores.

"Mi madre y abuela me enseñaron que la cocina no es solo preparar alimentos; es un acto de amor y de preservación cultural", explica Pedro Bedregal con una voz cargada de nostalgia y reverencia.

Junto a su esposa, Lindaura Durand, quien también es hija de picanteras, decidieron fundar "La Finita". Unidos no solo por el amor, sino también por la pasión por la cocina, establecieron su picantería hace más de 20 años. Pedro, con una sonrisa, nos revela que en su hogar, la tradición no solo se celebra, sino que se enriquece con cada generación. Sus hijos, futuros guardianes de esta herencia, ya muestran un interés genuino por la cocina, asegurando que "La Finita" seguirá deleitando paladares durante muchos años más.

En Characato, otra joya de la tradición picantera brilla con luz propia. Fermina Molina Guillén es la dueña del local Tradición Characato, ubicada en la calle El Milagro, cerca del cruce para el Ojo del Milagro. Con 25 años de experiencia, Fermina representa la esencia de la pasión y el legado familiar.

“Mis abuelas (tanto materna como paterna) eran picanteras, heredé su sazón”, expresó Fermina Molina, esa habilidad casi mágica para crear sabores que evocan recuerdos y emociones. Su dedicación convirtió a Tradición Characato en un lugar donde cada bocado es una celebración de la historia y la identidad arequipeña.

Las picanterías de Arequipa son mucho más que simples establecimientos de comida. Son el corazón de una tradición que se niega a morir, una tradición que se renueva y se fortalece con cada generación. En cada plato servido, en cada receta transmitida, vive la esencia de nuestros ancestros, la pasión de nuestros padres y el futuro de nuestros hijos.

Así, en estas fiestas, cuando los arequipeños nos reunimos en las picanterías para degustar los ricos platillos tradicionales, no solo satisfacemos nuestro paladar, sino que honramos una herencia invaluable. Celebramos la realeza de las picanterías, la nobleza de aquellos que han dedicado sus vidas a mantener viva la llama de nuestra cultura culinaria. Y con cada visita, con cada comida, tejemos un lazo más fuerte con nuestro pasado, asegurando que la tradición nunca se desvanezca.

author-img_1

Diario Viral

Redacción

Somos una multiplataforma digital. Desde Arequipa, te ofrecemos las mejores noticias locales, nacionales e internacionales. Somos los creadores del primer diario digital gratuito de la Ciudad Blanca.

Articulos Relacionados