El trabajo poético del profesor Hugo Aparicio Magnate Zegarra (Camaná-Arequipa, 1949) es acaso, entre los poetas recientes, uno de los que más atención requiere por parte de la crítica literaria especializada. Su despliegue verbal y su cuidado en los últimos momentos de la palabra elegida lo convierten no solo en un estilista del lenguaje, sino que también en un orfebre que, acorde a los tiempos, levanta una cuidadosa arquitectura poética, donde la reflexión se une al imperativo del decir.
De espíritu conceptual y elegida densidad, su poemario, llamado “Profecía de mi pueblo”, es, ante todo, una contemplación de la realidad que se desarrolla entre sí. Por eso es que el discurso poético reluce maravilloso y dividido como en un calidoscopio.
Toda esta postura estética lleva al profesor Hugo Aparicio Magnate Zegarra a ver y sentir el mundo exterior e interior de otra forma:
“Patrones y gobernantes del pueblo viven Elvira, ellos dicen que viven de su trabajo, ¡mentira! ¡del pueblo viven Elvira! Con trabajo o sin trabajo, siempre andamos abajo y hablando en claro carajo; para arriba miran los de arriba, para arriba miran los de abajo. Por esto, por el dinero y por el mal trabajo ¡jodidos andamos carajo! Más que el dinero y trabajo, por la envidia y la mentira; por esas cosas y por otras, andamos como andamos Elvira”, señala uno de los fragmentos de su obra.
El poemario está estructurado en cuatro partes: psicológica, social-política, religiosa y romántica, que no es sino un valioso aporte intelectual de corte social, donde el yo poético se desdobla en lo que dice, lo que observa, lo que describe y lo que siente, donde acuden otras voces desde afuera generando un paisaje urdido con millares de hilos de colores.
Por lo expuesto, un esfuerzo considerable por decir con los mínimos recursos estilísticos es el que realiza en este poemario el profesor Hugo Aparicio Magnate Zegarra, que seguro nos habrá de llevar a situar la poesía como lo que fue en su origen: la ceremonia del descubrimiento, la creación del primer nombre a las cosas y los acontecimientos, un acto inaugural.