Escribe: Sarko Medina Hinojosa/ Iniciativa Prometheus
Próximo a presentar su nuevo libro “El rumor de la Selva”, el escritor Carlos Flores-Guerra nos habla de su pasión por la literatura fantástica y el proceso de su nueva novela ambientada en la selva amazónica.
¿Cómo fue gestándose en ti el placer por la literatura? De los libros que encontré dejados por allí en mi casa, ahora pienso que adrede por mi madre, el primer libro que leí en realidad fue un cuento: “El gato negro” de Allan Poe, creo que tendría ocho o nueve años, y me atrajo la portada colorida; la primera novela que leí fue el “Hombre invisible” de H.G. Wells, luego todo lo que encontraba de aventuras: Verne, Salgari, Dumas; más adelante me marcó la novela de Arguedas “Los ríos profundos”, luego pasé a García Márquez, los surrealistas franceses y un largo etc.
¿Cuáles fueron tus primeros pasos y publicaciones? Mi primera publicación fue con el grupo Minotauros, en un suplemento que dirigía Pablo Nicoli; luego escribí artículos para El Pueblo, me dediqué a hacer algunos cortometrajes pues me gusta el cine. A partir del 2010 la enseñanza me daba algo de tiempo, hice una novela corta sobre el nieto de un oficial nazi perseguido en Suramérica por un implacable grupo judío; este oficial, en sus últimos días decide entregar a su nieto arequipeño un objeto de poder, la novela se llama “Hombres del Sol” 2014, con editorial Cascahuensos. Luego publiqué con el grupo literario Kosmogonia el libro de cuentos “El Umbral”. Estuve desde el 2015 rumiando historias, se estaba gestando algo, y la pandemia fue el desencadenante, nació esta novela de la cual estoy muy satisfecho llamada el “Rumor de la Selva”
¿Cuál fue el proceso para El Rumor de la Selva? Me rondaba por la cabeza la historia de un activista defensor de la Amazonía, creo que, al saber la historia de Edwin Chota, un mestizo que se internó en la selva y se convirtió en Asháninca, denunciaba la tala ilegal de árboles, fue asesinado mientras iba caminando a una reunión con sus colegas de Brasil. La idea de una persona que deja la ciudad y quiere internarse en lo más profundo me rondaba, pero no pasaba de la segunda página, de una persecución. En la pandemia tuve más tiempo, la selva siempre me atrajo, tal vez porque es el primer aire que respiré, yo nací en ceja de selva, en un pueblo llamado San Juan del Oro, pero me vine de niño a Arequipa; también me interesaban los rituales, la curación ancestral en ese gran laboratorio que es la selva, en algún momento nacieron esos otros personajes centrales en mi novela, la científica que es enviada por una gran Corporación Farmacéutica a extraer los secretos de un curandero efectivo. Me hice mil preguntas sobre los personajes, se puede decir que todo nació de una situación especial y de definir a los personajes y sus motivaciones, y estos se fueron haciendo cada vez más reales, hasta que después de un año de trabajo constante, se concretó “El Rumor de la Selva”.
¿Tienes nuevos Proyectos literarios? Estoy comenzando un libro con varias historias que tienen como eje narrativo el volcán Misti, algunas suceden en épocas diferentes, pero tienen nexos. Son historias donde la naturaleza absorbe a la humanidad herida, a veces termina de destruirla o la devuelve renovada. Estoy tratando de seguir el mismo esquema de trabajo del “Rumor de la Selva”.