“El boxeo me devolvió la vida, las ganas de luchar y seguir peleando”, señala el boxeador Irving Mendoza Rueda, conocido como “El moro”, quien empezó trabajando como seguridad a sus 17 años e incursionó en el box con la finalidad de defenderse.
Nacido en el distrito de Marcona, provincia de Nasca, en Ica, Mendoza Rueda contó a Diario Viral que desde pequeño le dijeron que tenía talento para el box debido a que se la pasaba peleando con sus compañeros del colegio. Señala que era un intento de defenderse de los demás porque vivía en un barrio que lo alentaba a eso.
Por azares del destino, terminó en Arequipa a los 17 años y comenzó a buscar trabajo. Debido a su estatura de un metro y ochenta centímetros fue contratado como seguridad en eventos privados y públicos a cambio de 50 soles por noche.
Tras estar un año en este negocio, un joven Irving decidió practicar box para aprender a defenderse de las personas que se ponían violentos. Durante su exploración en esta disciplina, conoció a su entonces entrenador Juan Carlos Valero quien le enseñó su amor y dedicación en este deporte.
COMPETENCIAS INICIALES. Durante su trayecto en el deporte, nunca fue noqueado. Recuerda que en su pelea con el boxeador cusqueño Antonio Aranda, conocido como “La bestia” sintió los golpes más fuerte que recibió en toda su vida, pero gracias a este enfrentamiento pudo mejorar su preparación.
El apodo de “El moro” se debe a que es morocho (de tez oscura). Este apelativo es usado cada vez que ingresa al cuadrilátero y ahora forma parte de su identidad.
DIFICULTADES. Pese a seguir una rutina entre su trabajo y el deporte, Mendoza Rueda se sintió frustrado cuando siguió su verdadera pasión porque laboraba 12 horas al día y no le quedaba mucho tiempo para entrenar y buscar auspiciadores.
El momento más difícil de su carrera deportiva fue durante una competencia nacional de boxeo en Mollendo. Previamente recibió una mala noticia con respecto a su familia. Aunque las circunstancias no eran favorables, dio lo mejor en el ring y salió campeón.
Después de celebrar este logro se puso a llorar frente al mar. Esta experiencia es muy apreciada por el deportista porque se dio cuenta que saco fuerza desde lo más profundo de su ser y tuvo resultados positivos.
DEPORTE IGNORADO. A pesar de su amor por este deporte, Irving Mendoza, reconoció que no se le presta atención a esta disciplina como a otras debido a que lo vivió en carne propia. La mayoría de veces se tuvo que proveer por sí mismo los guantes, protectores, cabezales y viaje y alimentación cuando participaba en una contienda.
“Es un deporte duro y a la vez bastante bonito porque es solitario para hacerse uno más fuerte. El boxeo no es solo físico, sino también mental porque en mi caso yo practico 3 a 4 horas pero los profesionales pueden llegar hasta 12 horas. Los triunfos te dan esta satisfacción” señaló.
ASPIRACIONES. La principal aspiración de “El moro” es llegar a ser campeón nacional por la Federación Deportiva Peruana de Boxeo. Su edad no sería un obstáculo, ya que señaló que se siente en gran forma y todavía tiene la oportunidad de pelear hasta los 40 años, como lo hicieron otros referentes mundiales.
Actualmente tiene tres empleos: da clases de boxeo en el gimnasio Escorpio, es taxista y a veces es personal de seguridad en algunos eventos. Lo que le causa más alegría es enseñar esta disciplina a las nuevas generaciones.
Declaró que existen muy buenos prospectos. Les habla fuerte y firme a los estudiantes para que tengan mayor seguridad y para que ellos mismos activen ese instinto. En caso desees aprender esta disciplina puedes contactarle al 991 523 357.