El delicioso aroma del chicharrón de alpaca es respirado por propios y extraños a varios metros de la avenida Andrés Avelino Cáceres en intersección con la avenida Javier Pérez de Cuéllar. En una esquina, la señora Daniela Apaza, al costado de su “carretita”, atiende a sus clientes sirviendo el exquisito plato andino. Ella siempre con la actitud risueña y conversadora que alegra a cada comensal.
¿Cuáles son los principales ingredientes para preparar un delicioso chicharrón? El ingrediente principal es la carne de alpaca, porque tiene cero colesterol, no tiene ácido úrico. Primero, picas la carne en pequeños trozos y condimentas con ajo molido, pimienta picante, comino y si deseas ajinomoto. La carne la tienes que cocer a fuego moderado, sin nada de aceite, porque la carne de alpaca suelta su juguito y grasita. A la par preparas una deliciosa ensalada de cebolla y tomate. El chuño negro es de acuerdo al gusto del cliente; recomiendo lavarlo bien para que elimine lo amargo.
¿Hay personas que no logran degustar esta carne? Yo tengo un cliente que nunca comió carne de alpaca. No quería probar. Como un niño, invitándole, probó un pequeño trocito de chicharrón de alpaca y dijo: “Está rico” y empezó a comer desde aquel día. Él viene por una porción de chicharrón acompañado de ají todos los días.
¿Hace cuánto tiempo trabaja vendiendo chicharrón de alpaca? Ya son tres años. Antes yo vendía picarones por las noches, pero llegó la pandemia y el toque de queda no me permitió seguir vendiendo. Así que comencé con el chicharrón. Siempre me ha gustado continuar a pesar de las adversidades. Nunca fue fácil para mí desde que vine con mis hijos a Arequipa, he trabajado limpiando casas, también trabajé en una empresa productora de alcachofas donde recibí maltrato laboral. Un día decidí dedicarme a vender picarones, luego chicharrones y estoy tranquila.
¿Qué recomienda a personas que temen equivocarse y no seguir? Mi vida fue triste. Tenía miedo hasta de preparar picarones. La gente te mira y mis manos temblaban, porque yo nunca había trabajado mientras me miraba el público, la gente me está mirando y yo empiezo a temblar. Llegó un momento donde ya no quería salir. Un día, un amigo, me dijo tienes que salir adelante, ya sabes por quiénes tienes que salir, no puedes quedarte así, tú puedes, sé que tú puedes, el miedo ¿Qué miedo? Lo único que debes tener miedo es de robar y que te vayas a prostituir. Así, poco a poco me he soltado y continué.