Antes, las siglas del Ministerio de Agricultura eran Minagri. Desde noviembre de 2020, por Ley 31075, artículo 2, se denomina Midagri, Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego. Pese al cambio de nombre, se mantiene la idea de que los problemas de su sector, se solucionan desde Lima centrista. Esa visión errónea, solo incrementa la burocracia y pulveriza todo indicio de meritocracia.
Los organismos públicos descentralizados (OPD) conocen de cerca la problemática crónica del productor agropecuario, empero son pequeños apéndices, limitados en su labor; porque no pueden ejecutar libremente sus proyectos. Además, entran en competencias presupuestales y ahí se entrampan.
En el 2016, un funcionario especialista en temática agraria, presentó un proyecto de articulación entre el Midagri, sus OPD y el Gobierno Regional de Arequipa.
Lamentablemente, por egoísmo, a pocas semanas de su instalación, fue desactivado ese plan que pudo servir a los agricultores. Lo cierto es que, el cambio de denominación, no exhibe logros significativos. ¿Dónde están los resultados?
Si los altos funcionarios de este gobierno, no ocuparían su tiempo en autodefensas por sus errores, faltas, delitos y en obsecuentes adulaciones a la presidenta y, se hubiesen dedicado a su trabajo, tendríamos, por ejemplo, un país agrario competitivo. Y el Foro APEC, serviría para dialogar sobre mejores aranceles, incremento de exportaciones - digamos arándanos - y, no solo a China, sino también a otros mercados internacionales; proponer, además, cómo afrontar el cambio climático y su efecto nefasto para la agricultura, cuando llega con lluvias torrenciales e inundaciones.
Si el ministro del Midagri y sus altos funcionarios, se hubiesen fijado en Brasil y su política de agroexportación, se mostrarían motivados por seguir esa ruta. Brasil exporta a China: maíz, soya, azúcar y otros. China le provee de celulares, artefactos, medicinas, etcétera. El año pasado, el intercambio comercial de ambos países, registró un monto aproximado de 180 mil millones de dólares.
Pero, penosamente, los gobernantes peruanos, están concentrados solo en exponer una realidad falsa de nuestro país, creyendo que los distinguidos visitantes, no supieran de la inseguridad, el caos y la corrupción; amén del miedo del gobierno peruano, por las protestas ciudadanas, debido a violencia criminal y extorsiones.
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