De acuerdo a cifras del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), en lo que va del año un promedio de 33 mujeres fueron víctimas de feminicidio en todo el país. En promedio, cada dos días y medio una mujer es asesinada y lamentablemente es una realidad que no ha registrado cambios durante los {últimos años, incluyendo la etapa más dura de la pandemia.
De acuerdo a la misma evaluación realizada por el MIMP, en el mismo período del año pasado, 43 mujeres se salvaron de convertirse en víctimas de feminicidio. El mismo estudio de la entidad estatal señala que del total, el 41.9 % de ellas fue atacada en su propio domicilio; el 18.6 % en la casa del agresor; al 16.3 %, que equivale a 7, las intentaron asesinar en la vía pública. Por ello resulta lamentable que en ningún lugar las mujeres puedan estar a salvo de sus agresores.
La misma evaluación señala que el 51.2 % de agresores fueron las exparejas de las mujeres y en el 41.9 % el agresor fue la actual pareja (esposo, novio o enamorado). Ello nos demuestra también que lamentablemente el entorno más cercano esconde al enemigo en casa. Se trata de personas del círculo más íntimo pero que estuvo a punto de convertirse en asesino.
Nuestro país, a pesar de los esfuerzos realizados los últimos años, parece que todavía no encuentra el camino que permita enfrentar como debe ser la violencia hacia la mujer. Los ataques no cesan y nuestras autoridades tienen un reto importante para enfrentar este problema que afecta todos los aspectos como sociedad.
Si es que no se logra una solución para disminuir los casos de violencia se tendrán menos herramientas para seguir creciendo como sociedad. Nuestro país no merece ello y se necesita que todos reflexionemos acerca de lo importante que resulta enfrentar la violencia desde el hogar.
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