El hospital Goyeneche, ícono arquitectónico y bastión de la salud en Arequipa, se encuentra hoy sumido en un estado lamentable. Este emblemático edificio, declarado Monumento Histórico, ha visto cómo sus muros se resquebrajan y su infraestructura se deteriora, mientras la atención médica que brinda se ve cada vez más comprometida.
La importancia del Goyeneche trasciende su función como centro de salud. Es un hito histórico que refleja la evolución de la medicina en nuestra región y un testimonio de la arquitectura neoclásica. Sus corredores han sido testigos de innumerables vidas salvadas, de alegrías y de tristezas. Sin embargo, la falta de inversión y mantenimiento adecuados han convertido este patrimonio en una sombra de lo que fue.
La situación actual del hospital es un claro reflejo de la crisis que atraviesa nuestro sistema de salud. La escasez de recursos, la sobrecarga de personal y la obsolescencia de equipos son problemas que se agudizan día a día. Los pacientes, en su mayoría de bajos recursos, se ven obligados a soportar largas filas, condiciones insalubres y una atención médica deficiente.
Es urgente que las autoridades tomen cartas en el asunto y se priorice la rehabilitación del hospital Goyeneche. No solo se trata de restaurar un edificio histórico, sino de garantizar el derecho a la salud de miles de arequipeños. Un proyecto de restauración integral debe contemplar la recuperación de su valor arquitectónico, la modernización de sus instalaciones y la mejora de los servicios que brinda.
Asimismo, es necesario replantear el modelo de gestión del hospital. La participación de la comunidad, de los profesionales de la salud y de la sociedad civil en su conjunto es fundamental para garantizar la sostenibilidad del proyecto.
La crisis del hospital Goyeneche es un llamado de atención a toda la sociedad. No podemos permitir que este patrimonio histórico se siga deteriorando. Es hora de actuar y exigir a nuestras autoridades que se comprometan con la recuperación de este emblemático edificio y con la mejora de la calidad de vida de los arequipeños.
El Goyeneche es mucho más que un hospital, es un símbolo de nuestra identidad y un reflejo de nuestra historia. Su recuperación es una inversión en nuestro futuro.