Una vez más ciudadanos irracionales quisieron tomar el aeropuerto de Arequipa, generando caos y descontrol en inmediaciones del puente Añashuayco dónde incluso los vecinos del lugar no pudieron transitar libremente a sus viviendas.
Ha sido una semana donde si bien es cierto hubo protestas pacíficas, con bloqueos de vías por movilizaciones, también hubo desmanes que ningún pedido justifica y tampoco la muerte de una persona, que deberá ser investigado.
Pero en esta ocasión quiero concentrarme en la toma del aeropuerto, a qué se debe que grupos de ciudadanos quieran destruir un activo crítico, una institución que al final le pertenece a todos los arequipeños, es cierto está en concesión, pero al final es del Estado, de todos nosotros.Además, el aeropuerto permite que miles de personas lleguen a Arequipa con la finalidad de realizar sus actividades de trabajo, estudios, diversión.
Esto último tiene que ver directamente con el turismo, la actividad que ha permitido a miles de personas lleven un pan a casa y que ahora se encuentran desempleados, ya que no hay turistas en Arequipa, espantados por el bloqueo de vías y los actos violentos.
Lamentablemente Arequipa hoy pierde millones de soles diarios por el cierre del aeropuerto, son más de 5 mil pasajeros que no pueden arribar, 200 vuelos diarios cancelados y una imagen que será difícil recuperar.
Más allá de los pedidos de protesta, no podemos autodestruirnos, porque el daño no es para la presidenta o los congresistas, el daño es para nosotros mismos. Para el taxista, el hotelero, el restaurante, el guía e turismo, el artesano y solo hablamos de una actividad perjudicada. Seamos racionales.