Según las encuestas, el 95 % de peruanos censuramos a los 130 congresistas. En ocasiones, la historia y los números son fieles compañeros, para no distanciarnos de la objetividad. Acojamos tales ciencias, con dicho propósito.
En 1982, durante el segundo gobierno de Belaúnde, el Congreso lo integraban 60 senadores y 180 diputados. El presupuesto anual asignado al Congreso fue de 9 millones 290 mil soles, equivalentes a 38 712 soles por cada uno de los 240 parlamentarios. En el 2024 solo hay 130 congresistas, pero el presupuesto del Congreso es de 1084 millones de soles, por lo que a los peruanos nos cuenta cada congresista, 8 338 461 soles. Esto es, 240 veces más que en 1982.
Precisando el tema, este año el pago por personal es de 823 millones. Por remuneraciones a los 130 congresistas, algo más de 50 millones de soles, considerando que cada uno percibe mensualmente 15 600 soles de básico, 11 000 por función congresal, 2800 soles por semana de representación y varios adicionales.
Si sólo el 4.61 % del presupuesto anual del congreso constituya la remuneración de los 130 congresistas, ¿en qué se gastan los otros 1034 millones de soles?
La respuesta la tenemos en la manutención de 3382 trabajadores, que, en lugar de ser los profesionales más competentes y probos del país, muchos son los amigos de barrio y sus parientes.
Nuestro Congreso pesa más que el cofre del rey Salomón, por las riquezas que dispendia. Pero resulta tenebroso al momento de encontrar alguna solución importante y sabia para los graves y complejos problemas del país. La pregunta del millón va, en ¿cómo estructurar un congreso integrado por los peruanos que respiren sabiduría, ética y patriotismo?
El criterio elemental nos dice que las raíces del mal son tan bastas y profundas, por lo que es menester un gobierno sólido en valores e implacable con la mediocridad, la deshonestidad y la ignorancia.
Para comenzar, el pueblo debería elegir a sus gobernantes, sólo entre candidatos acrisolados y capaces. Entre aquellos que el amor al pueblo esté por encima de la codicia y el hurto. Y a los tránsfugas, a los fariseos y ladrones, cadena perpetua en 30 días. ¿El referéndum previsto en el artículo 32 de nuestra constitución, es una puerta a las primeras soluciones?