Como si estuviéramos aislados de cualquier otra realidad, vamos asimilando día tras día, eventos perniciosos que ya sucedieron en otras latitudes y que los llevaron a la categoría de estado fallido o muy cercanos a esa condición. Desde la normalización de los salvajes actos criminales que quitan la vida a humildes o sencillos trabajadores hasta los actos de corrupción impunes son parte de esta situación inmoral. Como es obvio la falta de control político (muy oportuno) así como la desfachatez y sinvergüencería con que reacciona Dina Boluarte y sus acompañantes son parte de este problema que hunde al país y lo va convirtiendo poco a poco en víctima directa del crimen organizado, situación de la cual es muy difícil retornar.
En los últimos meses ha habido una serie de asesinatos de personas incómodas a funcionarios públicos, que en algunos casos eran testigos y en otras víctimas protagonistas de los hechos inmorales o delictivos. Lo peor de todo es que en el interín hubo obstaculización de las investigaciones y hasta negación a entregar información. Es el caso de Andrea Vidal, la empleada del Congreso que sabía mucho de lo que pasaba en dicha entidad respecto a los favores sexuales que se habrían brindado a altos funcionarios y hasta a congresistas, incluyendo a algún presidente del Congreso. Este hecho que consta ya en la historia mas sucia del parlamento tuvo en el asesinato de Andrea Vidal un momento impactante. Luego otros asesinatos se han perpetrado, en los casos de Qali Warma y el reciente, de José Miguel Castro, que apunta a la gestión de Susana Villarán. En todos los casos eran testigos incómodos, pues sabían mucho, en todos los casos sus muertes benefician a funcionarios públicos o políticos investigados. Realmente dramático.
Cuando no hay instituciones este tipo de situaciones queda impune. Pero no solo eso, daña el tejido institucional y lo pone en manos de la delincuencia organizada o de las mafias que desean seguir al frente de la corrupción en el Estado. Tenemos en el horizonte un proceso electoral que debemos observar desde ahora con el objetivo de castigar a quienes nos han traído a esta situación. Sabemos que partidos y políticos son. Debemos entender que el país el 2026 se está jugando su futuro. De no entenderlo lo que pasa en estos días será juego de niños. Lo peor es que de esa situación simplemente no hay retorno.