El columnista Marcos Pérez Briñez, el 30 de noviembre 2025, publicó un mensaje demoledor, que dio el compositor y cantante italiano Andrea Bocelli, en un escenario lujoso de Manhattan que, según Pérez, dejó atónitos a los más ricos e influyentes del planeta y lo respaldó.
Pérez Briñez escribió: rodeado de multimillonarios, copas de champán y egos lo suficientemente grandes como para llenar una sala de conciertos, Bocelli subió al escenario para aceptar un premio por su trayectoria. Pero en lugar de pronunciar su discurso esperado, la leyenda italiana habló desde el corazón. No pronunció discurso de gratitud, en cambio, miró a un salón repleto de las personas más acaudaladas del mundo, incluyendo a Mark
Zuckerberg y varios magnates de Wall Street, y declaró: “Si han sido bendecidos con riqueza, úsenla para bendecir a otros. Ningún hombre debería construir palacios mientras los niños no tienen hogar. Si tienen más de lo que necesitan, en realidad, no les pertenece — le pertenece a aquellos en necesidad”. Luego Pérez agrega: El recinto entero quedó en silencio. Según testigos, Zuckerberg y otros multimillonarios de la tecnología permanecieron inmóviles, sin aplaudir, sin sonreír, solo hubo un silencio incómodo mientras las palabras de Bocelli resonaban en el salón. Claro, no lo aplaudieron. La verdad incomoda a los acomodados.
Prosigue el columnista: - porque Andrea Bocelli no hablaba desde la envidia, hablaba desde la responsabilidad. Y no se detuvo en las palabras. Esa misma tarde, la Fundación Bocelli anunció donación de $10 millones para construir escuelas, hospitales y viviendas en comunidades empobrecidas de África y el Mediterráneo, demostrando que la compasión no solo se canta, sino que se vive. La prédica va con la práctica.
Y como reflexivo epílogo, Pérez escribió: La riqueza no significa nada si no se usa para levantar a otros El mensaje de Andrea Bocelli fue simple, eterno y profundamente humano: Mientras los multimillonarios persiguen el lujo y los aplausos, Bocelli le recordó al mundo que la grandeza no se mide por lo que acumulas, sino por lo que das. En una era donde la codicia se agiganta y la generosidad se olvida, el maestro una vez más usó su voz, no solo para cantar, sino para despertar conciencias. Bocelli esa noche hizo que el mundo lo escuchara.
Hoy, es Nochebuena y mañana Navidad, los políticos de Perú extraerán de sus cuentas la riqueza acumulada para intercambiar regalos suntuosos, mientras que la mayoría de peruanos, compartirán modestamente una mesa familiar pletórica de amor y de esperanza.
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