Ha transcurrido casi tres meses desde que iniciaron protestas en el país contra el gobierno de Dina Boluarte y pidiendo el cierre del Congreso. De igual manera, han pasado más de 30 días desde la denominada “Toma de Lima” para exigir se cumplan sus pedidos de tener nuevas autoridades.
En ese marco se dieron diferentes acciones donde la población mostró su descontento. Lamentablemente el mismo pueblo y diversos sectores fueron perjudicados por manifestaciones que se convirtieron en actos vandálicos al saquear a ciudadanos que solo querían seguir trabajando.
Lo peor, fue en todo el país se bloquearon carreteras impidiendo el normal tránsito y se dieron marchas que generaron temor entre la ciudadanía que quería trabajar y que se vio obligada a cerrar sus negocios por el temor a los saqueos.
Para este lunes se anuncia una nueva jornada de protesta convocada por gremios de trabajadores y todo hace indicar que nos enfrentamos a un nuevo episodio en el cual sectores de la población vivirán atemorizados porque grupos de vándalos disfrazados de manifestantes podrían atacar la propiedad. Esperemos que esto no ocurra.
Es necesario que los organizadores dejen de afectar a los mismos pobladores con las marchas, urge nuevas formas de protestar sin perjudicar al mismo pueblo. La economía de cada hogar ya no puede permitir bloqueo de carreteras y el cierre de comercios que dan empleo a miles.
Si es que esto no es corregido, más adelante nuestra sociedad va camino a quedarse estancada sin la posibilidad de reactivarse económicamente, debido al accionar de malas personas que confunden la protesta con el ataque a la propiedad y, por ende, el caos generalizado. A este problema se le puede encontrar una solución que está en manos de los congresistas, pero ellos brillan por su ausencia en resolver necesidades de los ciudadanos.