La inversión es determinante en el desarrollo y crecimiento económico de un país y por ende de una región, los gobiernos regionales en la última década han recibido asignaciones presupuestales elevadas en comparación del pasado, lo que no ha cambiado; es la ineficiencia e ineficacia en el gasto público.
Acabó el primer trimestre de la gestión de Rohel Sánchez, gobernador de Arequipa, revisar su nivel de ejecución presupuestal, nos permitirá ver si la autoridad regional debe o no enmendar, para mejorar el nivel de gasto de los recursos públicos asignados a su gestión.
La gestión del actual gobernador empezó con un presupuesto que supera los 804 millones de soles, mayor en 178 millones al de su antecesor Elmer Cáceres Llica (en prisión) y superior en 492 millones de soles al de Yamila Osorio Delgado. Sánchez no puede quejarse. No obstante, en este primer trimestre, la autoridad regional solo logró una ejecución del 6.5 por ciento del presupuesto, es decir, apenas gastó 54 millones de soles, monto menor al que en este mismo periodo ejecutó el detenido exgobernador.
Arequipa se ubica en el puesto 18 de ejecución presupuestal entre las 25 regiones, según el portal de transparencia del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), no es un lugar preferente, tampoco su ritmo en el gasto asegura una gestión eficiente, pues si continúa en esa proporción, no le alcanzarán los meses restantes para ejecutar todo el presupuesto; por ende los recursos podrían regresar a la caja fiscal, lo que de ninguna manera podríamos celebrar.
La prioridad en la distribución del presupuesto, de la gestión de Sánchez, se centró en los sectores de agropecuaria, transporte, salud y educación, el más importante sigue siendo el proyecto Majes Siguas II, que apenas registra una ejecución del 0.2 por ciento, en transportes, la carretera Arequipa -La Joya, en Salud el Centro de Salud de Cotahuasi y en educación, la Institución Educativa El Gran Amauta en Porvenir Miraflores y el colegio Francisco García Calderón de Chivay.
Así están las cosas, el exrector deberá mirar con atención y aumentar el ritmo impuesto en el gasto, el tiempo avanza y se acorta para asegurar y cumplir las promesas realizadas.
Mejorar las condiciones de vida de las personas, con la construcción de infraestructura, la generación de empleo, la dotación de servicios básicos de calidad, no será posible si no cambia y enrumba de una vez la gestión.