Han transcurrido 16 años desde que Machu Picchu fue declarada como una de las siete maravillas del mundo moderno. Ese período se han mantenido los esfuerzos por proteger esta ciudadela inca. Sin embargo, debemos recordar que no se trata del único patrimonio que debemos proteger.
En diferentes regiones del país existen diversos atractivos naturales y también los construidos por el hombre que todavía no son conservados lo suficiente por las autoridades. Es más, a quienes luchan por proteger estas obras se les niega o, en el mejor de los casos, se les da un apoyo mínimo, lo cual desmotiva a cualquiera.
Es el caso de Walter Alva, descubridor del Señor de Sipán, quien recibe una pensión exigua del Gobierno. Hace poco superó un delicado estado de salud y en los medios de comunicación, incluyendo diario Viral, prácticamente suplicó al Estado que le permita seguir trabajando y protegiendo nuestro patrimonio.
De igual manera, se tienen las iglesias ubicadas en la provincia de Caylloma. El hecho que no se tenga claro quién debe intervenir en las mismas ha llevado a que se mantengan en condiciones deplorables. Prueba de ello es el templo ubicado en Maca que cayó tras los últimos sismos en la zona.
La naturaleza también nos tiene muchos escenarios lamentables. Uno de los ejemplos más claros es la Amazonía, donde los derrames de petróleo, la tala ilegal, entre otros, constantemente golpean a la naturaleza y arruina uno de los pulmones más importantes del planeta.
El ser humano debe tomar más conciencia de lo que significa esta fecha. No solo se trata de rendir homenaje a Machu Picchu, se trata también de pensar en todo nuestro patrimonio y quererlo más para dejar un legado más que importante a las nuevas generaciones.