El gabinete ministerial de Dina Boluarte no se ha caracterizado precisamente por tener acciones concretas y sobre todo eficientes. Sin embargo, otro rasgo los hace notorios, pero no para bien. Se trata de declaraciones de todo tipo que solo muestran la falta de tino, por decirlo menos, para afrontar la crisis que vive el país.
Por ejemplo, tenemos al titular de Educación, Morgan Quero, quien se refirió a las violaciones contra niñas awajún como una “práctica cultural”. Durante las siguientes semanas intentó aclarar sus palabras, pero dejó más dudas sobre la preparación ante las emergencias.
En seguida tuvimos al titular de Desarrollo Agrario, Ángel Manero, quien afirmó que el pueblo peruano no se moría de hambre. El tiro de gracia llegó cuando apareció una foto suya en una especie de banquete. Con ello poco o nada ayudaba ante las críticas por no tener en cuenta la realidad nacional.
Tras ello tuvimos al presidente del Consejo de Ministros, Gustavo Adrianzén, para quien no había los agravantes suficientes para declarar en emergencia las regiones afectadas por los incendios forestales. Tras ello y a regañadientes se ordenó la medida para tres localidades. Sin embargo, la sensación queda del poco interés ante el desastre.
Para cerrar el ciclo, tenemos nuevamente al titular del Midagri, Ángel Manero. Señala que los incendios forestales no afectarán los mercados ni el abastecimiento de alimentos. Habría que preguntarse si esta premisa es real sabiendo que la naturaleza nos provee de productos para nuestra alimentación y desastres ambientales como los ocurridos las semanas anteriores de todas maneras han dejado secuelas en cientos de personas dedicadas a la actividad agrícola.