Los servicios de salud en nuestro país son cada vez más desastrosos. Mucha gente muere sin ser atendida, la prolongación de los tiempos es bastante largo y especialmente la gente que está en la pobreza y extrema pobreza no son atendidos, además de ello se suma la carencia de medicamentos apropiados especialmente para enfermedades crónicas.
Nuestros representantes no entienden que un país sin servicio de salud está condenado al sufrimiento y la poca productividad, la preparación de los médicos es deficiente, les falta humanismo y hasta el momento no se adaptan a los grandes cambios tecnológicos que se da en el mundo, por ejemplo todavía no tenemos un historial clínico electrónico que nos permita ser atendido en cualquier parte, la digitalización de las recetas es bastante lento y solo nos recetan paracetamol e ibuprofeno, este último en el mundo ya no es usado con frecuencia, hay una apatía de parte del Estado por poner mayor cantidad de médicos, construir hospitales y postas de salud que atiendan en los lugares alejados.
También existe la burocracia con personal que debe atender para los servicios de salud; sin embargo, ellos fungen de triaje sin haber estudiado medicina y toman la decisión de ser atendidos o no. En el sistema tecnológico no existe una implementación que nos permita tener diagnósticos más rápidos y por ende atención oportuna.
Muchas veces se reclama que los estudiantes en la universidad deben contar con tecnología de última generación, pero cuando terminan la carrera, especialmente en el sector público ,no existen estos aparatos y se ven obligados a diagnosticar en forma primitiva propensos a cometer errores.
Nuestro Estado está más preocupado por practicar la corrupción con gente que no vive la realidad y solo se preocupa por enriquecerse a costa del sufrimiento del pueblo, generalmente ellos tienen servicios de salud privados y poco les interesa la implementación de los hospitales, debería darse una reorganización no para poner a sus amiguitos sino debe entrar gente preparada y capacitada para la atención, que verdaderamente se ponga en práctica la meritocracia y no el tarjetazo, la escasa conciencia de los políticos no les permite valorar la vida humana y dejan a su suerte a mucha gente que muere no solo con el dolor de la enfermedad sino también con la impotencia de no ser atendido oportunamente.
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