Lo ocurrido con la intervención de la SBS en la Caja Sullana solo constituye una nueva muestra de la incertidumbre que atraviesan miles de peruanos que confiaron su dinero a este tipo de entidades financieras. Sin embargo, aunque desde la Federación de Cajas Municipales de Ahorro y Crédito se pidió la calma del caso, lo cierto es que los antecedentes anteriores hacen dudar del final de la historia para esta institución.
Y es que durante los últimos cinco años hemos sido testigos de la intervención a una serie de financieras por, básicamente, irregularidades en el manejo de sus fondos que derivaron en una insolvencia. Desde aquellas fechas, muy poco o nada se avanzó para ayudar a miles de ahorristas que esperaban la devolución de su dinero que quedó inmovilizado ante las diligencias de la SBS.
La información posterior tampoco ayudó y ahora se viene un nuevo caso de intervención en Caja Sullana. Ante este panorama cabe el pedido a la SBS sobre la necesidad de más y mejor información sobre los procesos a las entidades financieras. La población requiere contar con datos claros de cuándo recuperarán su dinero y con la menor burocracia posible. De igual forma, se debe priorizar evitar crear pánico financiero al hablar primero de temas como insolvencia económica para luego recién referirse a otros procedimientos como la absorción, esto en el caso de Caja Sullana.
Tampoco aquí defendemos el proceder de las entidades financieras intervenidas. Cada quien deberá responder a la ley por sus actos cometidos con el dinero de miles de personas. Sin embargo, quienes fiscalizan también deben poner las barbas en remojo y de esta forma evitar más perjuicio a inocentes que confiaron en instituciones que después las decepcionaron.