Seducir con la lectura a alguien que no le gusta leer es complejo, aunque es posible si lo hacemos con lecturas que les hablan de tú a tú, investigando los libros que pueden gustarles, brindando diversas opciones como el cómic, la novela gráfica o los de textos breves.
Además, leer en el entorno educativo debe servir para descubrir a los nuevos lectores no para perder a los lectores por el camino. Dejar que lean lo que gusten, lo que los inspire o aquello que los motive es un ejercicio saludable, porque lectura y obligación son dos palabras que no deben ir juntas cuando de crear hábitos por leer estamos hablando.
Leer no es monopolio de la asignatura de Lengua y Literatura, del mismo modo que comprender un texto e interpretarlo es fundamental para cualquier campo; una novela contiene sociología, geografía, historia, filosofía, ciencia, tecnología, arte. El día que un docente de cualquier disciplina anime a sus estudiantes a leer una novela para ampliar conocimientos, debatir o ir más allá de las páginas, ese día dejarán de existir las lecturas obligatorias.
¿Podremos transformar la sociedad a través de la lectura? Si está ligada a las necesidades e intereses de los niños y jóvenes, si sirve para entender su entorno. La transformación educativa cuesta por todas las dificultades que enfrentamos y se requieren grandes consensos arriba.
En este proceso los contenidos son importantes, pero más lo son las personas, los niños; quienes deben aprender haciendo y reflexionando sobre lo que hacen, auto conociéndose, preguntando, reconociendo quienes son, cómo son, qué quieren ser y yendo más allá de la lectura misma.
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