El ministro de Desarrollo Agrario y Riego, Ángel Manero, anunció que cinco países de altísimo nivel, en cuanto a desarrollo de infraestructura, están interesados en el proyecto Majes Siguas II de la región Arequipa, se trata de Israel, Países Bajos, Canadá, Reino Unido y Japón.
Este anuncio parece más un espectáculo mediático que un avance real. Los arequipeños hemos escuchado años de promesas incumplidas de las gestiones de los gobiernos regionales, hoy hay un arbitraje interminable con Cobra y obras paralizadas por décadas, el proyecto sigue en cero. ¿Qué garantiza que esta vez será diferente? La región Arequipa, y el país en general, necesitan acciones concretas, no discursos grandilocuentes que solo alimentan expectativas vacías.
Resulta preocupante que un proyecto de esta magnitud, con una inversión proyectada de 3000 millones de dólares, esté atrapado en una maraña de conflictos legales y decisiones postergadas. El Gobierno insiste en vender la imagen de confianza y estabilidad, pero ¿cómo confiar cuando Majes Siguas II sigue siendo una idea en el papel y no una obra tangible? Los agricultores y comunidades de la región ya no necesitan más promesas, sino agua, infraestructura y desarrollo que impacten sus vidas de manera real.
El tiempo se acaba, y la paciencia de los ciudadanos también. Los anuncios sobre “interés internacional” no construyen canales ni represas. Si el Gobierno realmente busca reivindicar su credibilidad, debe mostrar resultados antes de convertir este proyecto en un nuevo símbolo del atraso y la desidia. Hasta ahora, Majes Siguas II no es más que una lista de titulares reciclados que nunca se materializan.