Los verdaderos cambios no se lograran con elecciones nuevas, sino se empieza a tomar en serio el verdadero significado de la educación para lograr un cambio en nuestro país, es importante no politizar la educación y nombrar a un ministro que sea de carrera y tenga los conocimientos verdaderos de lo que es el proceso de enseñanza-aprendizaje, lamentablemente durante los últimos años no se tuvo autoridades educativas con una verdadera vocación y cada vez vamos copiando modelos educativos que a la larga no se ponen en práctica, porque seguimos con la educación tradicional.
No existe una verdadera capacitación en el trabajo de competencias que permita a los maestros fomentar sus capacidades, habilidades y talentos de los estudiantes, seguimos brindándoles conocimientos y preparándolos para un examen universitario, muchas veces en complicidad de las universidades que sólo buscan lucrar con la esperanza de miles de jóvenes, no hay una infraestructura adecuada especialmente en las zonas rurales y poblaciones sumidas en la pobreza, no llega la tecnología porque el estado esta más preocupado en la práctica de la corrupción que en el futuro de los niños y jóvenes.
Los cargos de educación en las regiones son cargos de confianza que responden especialmente a los favores políticos, por ello no hay una correcta dirección, su única función es llenar de papeleos a los docentes que muchas veces es imposible desarrollarlas en clase, se autodenominan especialistas pero en la práctica muchos de ellos nunca pisaran un aula y no tienen la experiencia como para supervisar; no se trata de nombrar docentes, sino de capacitar para que los beneficiados sean los estudiantes.
El Perú atraviesa una gran crisis social y política, pero se dejó de lado lo educativo, se debe asumir con responsabilidad esta tarea y no con demagogia como lo hacen los diferentes gobiernos de turno y el Congreso, no tenemos quien nos defienda porque el defensor del pueblo es un titulo de adorno y de respuesta política, nunca defendió la educación, esta inmerso en la corrupción y no tiene la calidad humana necesaria.
Es urgente reformular el ministerio de educación, que la debe asumir el colegio de profesores, tener un verdadero diagnóstico y buscar las soluciones adecuadas de acuerdo a cada región, basta de no ver la educación como la gran arma para lograr el cambio, es necesario despolitizarla y esta debe ser asumida por docentes de vocación que, con responsabilidad transformen nuestro futuro generando una educación integral, basada en conocimientos, investigación y actuar moral.
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