La Encuesta del Poder se viene realizando desde 1981. Desde un inicio marcaba la pauta sobre quiénes eran los más poderosos del Perú sobre la base de una encuesta que pregunta a 205 líderes de opinión quienes son las personas que, con sus acciones y hechos, influyen en el rumbo de los acontecimientos.
La última Encuesta del Poder, presentada en sociedad este lunes ha generado mucha polémica al determinar que en los diez primeros lugares se encuentran en empate estadístico Dina Boluarte, Keiko Fujimori y César Acuña. Más abajo, siempre entre los 10 primeros, se encuentran el presidente del Congreso Eduardo Salhuana, más abajo Vladimir Cerrón y Alberto Fujimori. El alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, también es percibido como personaje de poder en esta decena.
En lo personal no me llama la atención. La percepción de los entrevistados es correcta. Lo que estamos viendo es la presencia de la mesa directiva del Congreso que junto a Dina Boluarte comparten el poder. En la práctica hay un cogobierno entre Dina Boluarte, Keiko Fujimor, César Acuña y Rafael López Aliaga con sus respectivas bancadas. Son los que le dan soporte a la inepta presidenta y quienes blindan a incompetentes y hasta corruptos personajillos que sobreviven en diversos ministerios.
Algo que no debe pasar desapercibido es la ausencia de un líder de la oposición. Fujimori en el siglo pasado tuvo a Alejandro Toledo como opositor, Toledo tuvo a Alan García, García a Ollanta Humala y Humala a García, Toledo y Keiko Fujimori. Pero en la actualidad no hay líder de la oposición a la vista y eso es un peligro para la democracia. Hay una penosa convivencia que une a los mencionados en un solo propósito: sobrevivir hasta el año 2026. Y eso hace que hagan leyes a la medida, que los favorecen, en el Congreso, y que de esa manera propicien un clima mediocre electoral que hasta la fecha no tiene reglas claras. El país está viviendo una suerte de complicidad en las alturas que lo único que busca es la conveniencia y satisfacción de intereses de los partidos mencionados.
En medio de ese desorden, la torpeza de Boluarte y compañía favorece a un sujeto marginal, al cual le gusta lanzar cobardes amenazas y que promete simplezas que gusta a la gente. Responde al nombre de Antauro Humala. Su mediocridad no lo ha encumbrado. Si aparece en el horizonte electoral es gracias al gobierno de Dina Boluarte y sus aliados. Así, el Perú enfrenta un futuro aún mas negativo que el actual. Por obra y gracia de Fuerza Popular, APP, Avanza País y Renovación Popular.