Una jornada muy movida y que desestabiliza al país se tuvo en el inicio de la última semana de noviembre. La Fiscalía de la Nación se encuentra en el ojo de la tormenta pues se investiga que desde esta oficina se gestaba una organización criminal con negociados de alto vuelo que intercambiaban favores con el Congreso a cambio de dejar en stand by otros procesos contra la titular del Ministerio Público, Patricia Benavides.
Este enmarañado es más simple de como suena. Para el equipo especial contra la corrupción en el poder, Patricia Benavides metía mano en investigaciones a congresistas, a cambio ellos se movían como alfiles en el Legislativo para designar al defensor del pueblo, suspender a la fiscal Zoraida Ávalos y se vaya con todo contra la Junta Nacional de Justicia (JNJ). Todo bajo los auspicios de quien encabeza la Fiscalía de la Nación.
El solo hecho de imaginar este tipo de negociados genera más de un dolor de estómago. Peor aún que Patricia Benavides se haya reunido con gente de su entorno a las 3 de la mañana en la sede de la Fiscalía de la Nación, horas antes de la operación Valkyria que llevó a la detención de su principal asesor por los negociados arriba mencionados.
Lo que ha sucedido en las horas posteriores ha superado cualquier relato de ficción en torno a hechos políticos. Benavides anunció que denunciará a la mandataria Dina Boluarte por las muertes ocurridas durante las protestas de inicios de año. Por su parte, la mandataria criticó que se utilice la memoria de los peruanos fallecidos en medio de un contraataque fiscal.
Con todo ello, ¿el peruano como puede confiar en su Fiscalía con todos estos juegos en torno a la necesidad de poder y la protección de hechos irregulares? Veremos que más aparece en las próximas horas en torno a lo torcido que puede ser el camino para algunos actores del sistema de justicia.