La historia del fútbol peruano se ha visto marcada por momentos de gloria y de profunda decepción. En el pasado, nombres como Vargas, Guerrero, Farfán y Pizarro nos llenaron de orgullo al representar a nuestra selección. Sin embargo, el brillo de esos “galácticos” se ha opacado por una oscura realidad que ha sacudido los cimientos del fútbol nacional.
La detención de Agustín Lozano, presidente de la FPF, bajo la acusación de liderar una organización criminal denominada “Los galácticos” ha generado conmoción en el mundo del fútbol peruano. Lo que alguna vez fue un término utilizado para exaltar a nuestros máximos exponentes, ahora se vincula con actos de corrupción que ponen en riesgo el futuro del fútbol nacional.
La posibilidad de que la FIFA desafilie a la Federación Peruana de Fútbol es una amenaza latente que pende sobre el deporte más popular del país. Las consecuencias serían devastadoras, tanto para la selección peruana como para los clubes nacionales, que quedarían aislados de las competencias internacionales.
Es fundamental destacar que la autonomía de la FPF, otorgada por ley, es un pilar fundamental para garantizar la independencia del fútbol peruano. Sin embargo, esta autonomía no puede ser utilizada como un escudo para proteger actos de corrupción.
Es imperativo que se esclarezcan los hechos y de comprobarse todas las acusaciones creo que se deben tomar las medidas necesarias para sancionar a los responsables, para así garantizar la transparencia y la buena gobernanza en la Federación Peruana de Fútbol. El futuro del fútbol peruano está en juego, y es responsabilidad de todos trabajar juntos para reconstruir la confianza y devolverle al deporte rey la credibilidad que se merece.