La naturaleza nos vuelve a dar una bofetada para recordarnos los indefensos. Un sismo ocurrido en Tumbes y una niña falleció, mientras en Ecuador hay una decena de decesos de personas. Mientras, las lluvias y huaicos no paran
En ese contexto ahora se necesita mayor atención de las autoridades para atender a quienes se ven golpeados nuevamente por la naturaleza, sin embargo vemos que se podría repetir el escenario mostrado durante los últimos desastres naturales. Existe una muy lenta reacción de las autoridades.
Rescatable resulta que existan iniciativas tanto del Gobierno central como del regional para atender a los miles de damnificados por los desastres.
Se han trasladado productos de primera necesidad pero resultan insuficientes si vemos que por ejemplo las lluvias han dejado estragos en la mayor parte del norte del Perú donde viven millones de personas y que, de alguna u otra forma, se vieron afectadas por los deslizamientos de tierra, inundaciones producto de la crecida de ríos, intensas lluvias, ingreso de quebradas y demás que fueron incrementadas por el ciclón Yaku y que han dejado pérdidas económicas, según el Ministerio de la Producción, por 1195 millones de soles.
Si en el norte la situación es crítica, no menos resulta en el sur. Todavía se tienen los efectos de los deslizamientos que arrasaron con anexos ubicados en el sector de Secocha, provincia de Camaná. Las autoridades regionales han llevado ayuda, pero no es suficiente. La población de todo este sector reclama por más apoyo debido a que todavía no pueden retomar sus actividades para obtener ingresos económicos y así subsistir.
Urge mayor coordinación y respuesta rápida de nuestras autoridades, falta un sistema de atención de emergencias, ese no existe en lás últimas cuatro gestiones del gobierno regional. No solo se trata de visitar provincias sino de construir obras que los protejan.