En nuestros tiempos, dedicar unos minutos diarios de lectura en un ambiente de tranquilidad y relajación es un regalo para nuestra salud, porque leer debe ser uno de los placeres, además, aporta considerablemente a una buena salud, a continuación, algunos datos relevantes.
Leer de forma sosegada baja la tensión arterial, la frecuencia cardiaca y el cortisol plásmico. Leer permite conocer las experiencias de otros, aprender de ellas, es como soñar, un entrenamiento para la realidad, para la vida.
La lectura en grupo ya sea en voz alta o en los clubes de lectura o los comentarios sobre lo leído aporta beneficios. Las lecturas necesitan de un cerebro con todas sus funciones cognitivas, especialmente las ejecutivas, atencionales y los diferentes tipos de memoria en perfecto estado, si eres capaz de disfrutar al Quijote de Cervantes y comprender su metaliteratura, enhorabuena, tu cerebro goza de muy buena salud y su reserva cognitiva augura gratas lecturas y aventuras.
Por el contrario, si de leer con fluidez comienzas a tener dificultades en recordar hechos, fechas, personajes y tramas, es necesario consultar un médico.
Está demostrado que la lectura nos hace sentir mejor y más positivos. Además, desarrolla nuestra empatía, al igual que nuestra imaginación y comprensión. Estimula la concentración, memoria, atención, reduce el estrés, fomenta la imaginación.
Disminuye el riesgo de padecer Alzheimer u otras demencias y estimula la inteligencia, mejora las capacidades comunicativas, no solo mejora nuestro vocabulario y nuestra ortografía, sino que también permite desenvolverse mejor verbalmente.
Estas y muchas más razones motivan a leer y mejorar nuestra salud.