Los verdaderos cambios no se dan con promesas, intenciones o palabras, sino por hechos y la realidad nos pide con urgencia un cambio en la justicia peruana que es muy lenta, burocrática y esta envuelta en la corrupción, aparte tomada por la clase política que solo busca la satisfacción de sus apetitos personales y partidarios, teniendo presente que el poder judicial debería ser un ente autónomo, capaz de garantizar una administración objetiva, sabia, con veracidad y honestidad.
Nuestra Constitución garantiza el respeto a los derechos humanos y la necesidad de cumplir los deberes y solo esta se puede dar si tenemos una verdadera justicia que sea capaz de dar a cada quien lo que le corresponde de acuerdo a las conductas actuadas en la sociedad, se debe liberar especialmente de los políticos y envolver en una ética digna que nos permita tener una convivencia pacífica, si la justicia no funciona seguiremos viendo actos de violencia que no son sancionados, inocentes en las cárceles que no son juzgados y el avance de la corrupción.
La reorganización debe empezar en las universidades en el proceso de formación de los futuros profesionales, los docentes deben ser personas con capacidades, y con una recta actuación sobre todo ética y moral, es increíble que en nuestro país la mayoría de los centros de formación en derecho sean los catedráticos personas que pasaron por la política y sus actos están envueltos en casos especialmente de corrupción, una sociedad no podrá alcanzar calidad de vida si se siguen formando profesionales que no sean capaces de generar leyes que beneficien a la sociedad, que administren la justicia sin ningún tipo de distinción social. Política, económica, religiosa y de género.
Es necesario también la actuación del colegio profesional que se debe convertir en centro de formación continua, capacitación y de sanción hacia las conductas inadecuadas de sus afiliados y no en administradores de locales sociales o deportivos que son importantes para la recreación de sus miembros, pero es más importante ver que la actuación justa en cada acto hará que la sociedad este satisfecha.
No se puede mirar de un costado como el poder ejecutivo, especialmente el poder legislativo destruye la justicia, se debe poner un alto, ya que la verdadera organización criminal es cuando se actúa en contra de la sociedad, sentenciando a millones de peruanos a la pobreza, inseguridad y la carencia de servicios básicos, una verdadera justicia nos llevara a la felicidad y a actuar correctamente en el marco del respeto.