Desde el Gobierno ya respondieron de manera clara a los pedidos del alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, de sacar a las Fuerzas Armadas a las calles para mantener el orden y combatir la inseguridad. El ministro de Defensa, Jorge Chávez, negó esta posibilidad dejando en claro que el control de la seguridad está a cargo de la Policía Nacional.
Sin embargo, el pedido de vigilancia por parte de las Fuerzas Armadas todavía seguirá dando vueltas en el imaginario popular. Ello se debe a que la ciudadanía todavía se siente insegura ante los constantes hechos delictivos que vienen ocurriendo en las calles y que, lamentablemente, parecen sobrepasar la capacidad operativa de la Policía Nacional y el serenazgo.
Ante el respaldo mostrado por los representantes del Ejecutivo, en todo caso queda impulsar aún más las labores preventivas para contener el avance delincuencial, que amenaza con poner en jaque el desarrollo de la ciudad e impedir que sus habitantes puedan vivir en un clima de tranquilidad para realizar sus actividades de diferente rubro.
Si es que esto no ocurre, el pedido para que salgan las Fuerzas Armadas a patrullar volverá a presentarse, tal vez encabezado por otra autoridad o algún líder de opinión que lamentablemente podría utilizar este argumento como ‘caballito de batalla’ para ganar réditos a su favor. Ojalá que esto no ocurra así.
De igual forma, el llamado va dirigido a los operadores de justicia que deben estar con la debida actitud de garantizar las sanciones a quienes delinquen. Muchas veces la delincuencia actúa bajo la premisa que nuestros organismos judiciales no son lo suficientemente contundentes. Por ello se necesita el apoyo de todos para que esta realidad cambie y se pueda combatir la inseguridad desde todos los frentes.