Nuevamente el Congreso de la República no llega acuerdos por el país. No solo lo decimos por lo ocurrido esta semana en el pleno del Congreso, donde las propuestas presentadas por oficialismo y la oposición sobre adelanto de elecciones y nueva Constitución se fueron al archivo. También nos referimos a lo que pasó con la propuesta del Ejecutivo para adelantar elecciones a octubre del 2023 y el cambio de autoridades en diciembre de este año.
En el citado grupo legislativo se presentaron el ministro de Justicia, José Tello, junto a los titulares del Reniec, la ONPE y el Jurado Nacional de Elecciones (JNE). Ellos expusieron los argumentos para adelantar los comicios y se esperaba una recepción positiva de los parlamentarios.
Tras la exposición, de forma estratégica, el legislador Alejandro Cavero presentó una cuestión de orden para que se vote si pasaba a debate el proyecto debido a que coincidía con lo desaprobado previamente en el pleno. No se alcanzaron los votos necesarios y, según reglamento del Congreso, no se puede presentar una iniciativa de similar tema hasta el siguiente período anual de sesiones. Este comienza el 27 de julio.
Así planteadas las cosas uno se pregunta qué es lo que quieren o buscan nuestros parlamentarios. Han transcurrido semanas de intensos debates, presentación de propuestas, cuartos intermedios, reconsideraciones sobre reconsideraciones y el tiro de gracia fue lo ocurrido en la Comisión de Constitución.
Por el momento, los hechos solo nos muestran a un Congreso que no madura a pesar de 201 años de vida republicana y que tiene a integrantes sin el mayor desprendimiento, salvo alguna excepción que valida la regla. Mientras tanto, el Perú cada vez se sume en la pobreza en medio de la crisis económica, política y social. El remedio todavía no llega.