Creo que las historias son las raíces y el primer acercamiento que tenemos las personas con la lectura y los libros, por ello son importantes en nuestras vidas y son de vital trascendencia para nuestros niños y niñas.
Cuando un niño escucha una historia imagina los personajes, siente y se emociona, las historias benefician el desarrollo de su imaginación, su sentido de la percepción y la sensibilidad, potenciando la empatía y ayudando a mejorar en sus relaciones sociales.
Desde el inicio y hasta el fin de nuestras vidas contaremos historias porque necesitamos de ellas, tanto quien cuenta como quien escucha, ellas no solo informan, también inspiran, iluminan, nos hacen actuar y ayudan a crear conexiones con los demás.
Nos enseñan a no juzgar, a escuchar, a prestar mucha atención, nos invitan a estar presentes en el aquí y el ahora, nos ayudan a crear momentos para compartir en familia y crear lazos afectivos con nuestros seres queridos.
Además, nos invitan a experimentar momentos de magia y fantasía, el desarrollo de la imaginación, la creatividad y aumenta el vocabulario. Todos los beneficios mostrados pueden hacerse evidentes si creamos espacios no forzados donde los niños reciban y compartan sus historias.
Hoy te invito a contar tus historias, sobre tu época infantil, los juegos, la comida, tus anécdotas, lo que te gustaba o no y comparte con tu niño o niña, este es un momento que debe ser especial y de mucho amor.
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