La generación universitaria y proletaria de Haya de la Torre rindió homenaje al centenario de la independencia (política de las clases criollas) del Perú de 1821, al fundar, cien años después, el 22 de enero de 1921, la Universidad Popular “González Prada”, llevando la independencia social a las clases productoras y circuladoras de la riqueza (campesinos, obreros y clases medias).
Como su primer rector, en la inauguración, señaló: “En el Perú los estudiantes que tenemos el privilegio de recibir educación secundaria y superior, constituimos una minoría, comparada con la gran población juvenil, incapacitada, por razones económicas, de recibir los beneficios de la cultura”, denunció.
“La ignorancia es la gran comadre de la tiranía y la proxeneta de la explotación. El pueblo trabajador es explotado porque es ignorante de sus derechos y no aprende a defenderlos (…)la verdadera y grande revolución social comienza por la revolución de las conciencias, de los espíritus, por la formación de una conciencia social. ¿Y cómo se forma esa conciencia? La palabra contiene la respuesta: ¡Con ciencia!” (historia del APRA, de Percy Murillo Garaycochea, p. 40).
La universidad Popular funciona por el ímpetu de los estudiantes que imparten clases a los trabajadores, en horas de la noche y sin costo alguno; con lo cual, Víctor Raúl Haya de la Torre se yergue en el fundador de la extensión universitaria, la educación gratuita y nocturna, además, es el continuador, en el Perú, de la reforma universitaria, surgida en Argentina, enarbolando la bandera de la liberación de los “virreinatos del espíritu”, mediante la educación.
Al igual que la independencia política se completa en 1824 (batallas de Junín y Ayacucho); la independencia social, se consolida el 7 de mayo de 1924, con la fundación de la Alianza Popular Revolucionaria Americana APRA, en la Universidad de México, evolucionando hacia la independencia ideológica, doctrinaria y filosófica, de tener nuestro propio pensamiento, panes y programas, acordes a nuestra realidad de Pueblo-Continente, expresión de Antenor Orrego, y, junto con Seoane, Sánchez, Prialé, Heysen, Cox, Spelucín, y los mártires de la democracia social de Pan con Libertad, crearon, enriquecieron y perennizaron el Aprismo como doctrina autónoma indoamericana, síntesis de lo autóctono y lo venido de Europa.