En el Perú ya no hace falta salir a la calle para ser víctima del crimen: basta con contestar el teléfono equivocado. Las extorsiones, que antes se planificaban en la oscuridad de los barrios peligrosos, hoy se ejecutan con un simple número de celular. Según la División de Investigación de Extorsiones, estas llamadas amenazantes se han convertido en una industria criminal que no distingue clase social ni profesión. Comerciantes, transportistas, amas de casa e incluso estudiantes están en la mira de mafias que ofrecen “protección” a cambio de dinero o silencio.
Un ejemplo del tema fue la acción ocurrida la noche del 6 de noviembre de 2025, la Policía logró capturar a César Omar Borja Vásquez, alias ‘Galleta’ o ‘Negro Se’, en el distrito del Rímac. Su arresto fue posible gracias a una pericia de antropología forense y al rastreo de los números 973298094 y 960997170, desde los cuales se habrían hecho múltiples llamadas de extorsión.
Borja con su banda Los malditos de la construcción chantajean empresarios y obreros bajo amenaza de muerte. Pero detrás de su caso hay una verdad más inquietante: estas mafias no actúan solas ni desde fuera, sino también desde penales donde los reclusos siguen delinquiendo con total impunidad.
La Policía identificó decenas de líneas telefónicas usadas desde cárceles y calles para sembrar miedo. En muchos casos, las víctimas son contactadas para exigir sumas absurdas y quienes se niegan terminan amenazados o incluso asesinados. La crueldad no conoce límites: algunas denuncias hablan de “cuartos negros” donde se tortura a quienes no pagan. Frente a esto, la PNP evalúa publicar una lista oficial de números extorsionadores, una medida urgente para prevenir que más peruanos caigan en manos de estos criminales digitales. La lucha contra la extorsión no puede quedarse solo en operativos. Requiere también educar y alertar a la ciudadanía. Porque si algo demostró este fenómeno es que el miedo tiene número, pero también dueños que deben ser localizados por la justicia antes de que marquen otra vida.