¿Qué beneficios trae la evaluación docente? Es una pregunta que por lógica debería darnos como respuesta mejor calidad educativa; sin embargo, primero vemos la mala estructuración de las pruebas que trata más de poner en concurso los conocimientos en distintas áreas o casuística que al final en la práctica nunca se aplica, que las habilidades de la profesión. En segundo lugar no hay una verdadera evaluación de desempeño que nos daría como indicadores la calidad de maestro para enseñar en el respectivo nivel. En tercer lugar no hay una verdadera capacitación en las nuevas metodologías activas que permitirían trabajar a los maestros con las TIC y la inteligencia artificial.
Entonces, estas evaluaciones se dan solamente para procesos de nombramiento o contratación, sin embargo nuestra educación sigue siendo mala no por culpa de los maestros, sino por un estado ineficiente que no tiene la capacidad de establecer una verdadera reforma educativa, que sea competitiva y de acuerdo a las exigencias de este mundo globalizado.
Hoy no debe ser la preocupación de construir más escuelas, sino el de implementar las que ya tenemos, que tengan los laboratorios adecuados para una formación tecnológica y científica, acceso al internet y una formación integral basada en valores para formar ciudadanos responsables y respetuosos; si las escuelas contaran con las características mencionadas, obligarían al docente a una mayor preparación y a la busquen de nuevas metodologías dinámicas que generen un aprendizaje significativo.
La evaluación docente debe estar orientada exclusivamente a tener una educación de calidad con docentes altamente capacitados; sin embargo, nos preguntamos: ¿Quiénes elaboran las pruebas? ¿Qué experiencia pedagógica tienen en el aula? y ¿Cuáles son los criterios técnicos y los objetivos que se quiere alcanzar con la prueba? No estamos en contra de la evaluación, por el contrario, estas se dan para aplicar la meritocracia, pero es importante recalcar que debemos tener los objetivos claros y la evaluación no solo debe ser un instrumento para medir conocimientos, sino esta nos debe llevar a la práctica donde se implemente verdaderamente una educación por capacidades, habilidades y talentos.
Los maestros cuando damos una lección exigimos el aprendizaje. Ya aprendimos que los poderes del Estado no les interesa la educación y muchas veces detrás de esta evaluación está la corrupción o el Congreso haciendo populismo. Necesitamos especialistas en educación, aquellos que tengan la vocación y no estén en los cargos por favores políticos. Se debe reivindicar la carrera magisterial, con maestros honestos, sabios y líderes para hacer una nueva sociedad, y aplicar una verdadera evaluación donde se ponga de manifiesto las capacidades, habilidades y talentos de los maestros.
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