En los últimos meses hemos registrado varios conflictos, no solo entre la Policía Nacional del Perú y quienes buscan la renuncia de Dina Buluarte, sino también entre grupos que buscan posesionarse en terrenos ocupados por otras asociaciones ya hace décadas.
Estos problemas se presentan en los distritos de Yura y Cayma, donde hace poco el enfrentamiento cobró la vida de un padre de familia y dejó un herido hospitalizado, cuya vida aún está en peligro.
Un grupo de familias vienen vendiendo derechos o acciones inscritas en Registros Públicos de manera imperfecta, es decir, fueron ingresadas a Sunarp amparadas en trámites iniciados por jueces de paz. Estas escrituras muchas veces carecen de ubicación georreferenciada con coordenadas exactas, lo que es aprovechado por los herederos para vender la idea de propiedad de largas extensiones de terreno como toda la parte alta de Cayma o todo el Cono Norte.
Las asociaciones de vivienda cuestionan estas ventas de derechos o acciones de esas escrituras, y como en el caso de la parte alta de Cayma, esperan que el Poder Judicial defina quiénes tienen el derecho de propiedad; mientras tanto, vemos cómo los enfrentamientos se registran de manera progresiva.
Es momento que el Poder Judicial culmine estos procesos y dictamine quién es el propietario de estas zonas. La validez de estas “escrituras imperfectas” también tiene que ser materia de un debate parlamentario. Los vecinos no podemos ser víctimas de la inoperancia de ambas instituciones del Estado.
Hasta la próxima semana vecinos, nos encontramos en la primera yunzada de febrero en el Mister Cuy.
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