Toda decisión, previamente analizada, nos conduce al logro de resultados acertados. Tratándose de una decisión política, el desafío que nos imponen las circunstancias, es mayor, porque el tiempo va quedando corto. Muchos partidos y movimientos políticos, están todavía realizando las elecciones primarias. Hay partidos que tienen una mixtura de precandidatos y, otros, ya definieron su candidato.
Los electores pueden simpatizar por determinado partido, pero las personas que han de representar a esos partidos, no necesariamente, podrían ser de la simpatía de los electores. Por ello, el acto eleccionario del 2026, requiere investigación y evaluación rigurosa de propuestas. La cédula de votación es una variopinta hoja de nombres y símbolos que crearán confusión peligrosa. Le corresponde a la ONPE explicarla.
Solo 4 meses faltan para abril del 2026; tenemos que elegir: presidente y dos vicepresidentes, 130 diputados, 60 senadores y parlamentarios andinos. Según encuesta del Instituto de Estudios Peruanos-IEP- solo el 23 % de ciudadanos, ya sabe por quien va a votar; sin embargo, no es una decisión definitiva, podría direccionar, antes de abril, su preferencia. El 68.9 %, no menciona a ningún candidato.
Para que nuestro voto sea debidamente justificado y sustentado, no solo requerimos conocer propuestas, evaluarlas y compararlas, sino conocer también qué organizaciones respaldan a los partidos y candidatos. Las tarea de la ciudadanía es: promover, en el electorado, el conocimiento cabal de la historia política de nuestro país. Y esta estrategia, debe ser aplicada prioritariamente por los jóvenes que, en estas elecciones, serán, aproximadamente 7 millones.
La Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas del Perú (Confiep) promueve el crecimiento económico sostenible con inversión y fomento del empleo ¿respaldará a partidos y candidatos?. ¡Cuidado con los partidos que tienen un pasado vergonzoso, corrupto y autocrático! ¡ ¡Atentos con los políticos adictos al poder, cuya pretensión podría ser la de cercenar o restringir las libertades esenciales, someter y esclavizar a la población, limitar sus derechos y postergar, adrade, las posibilidades de desarrollo integral, interfiriendo, incluso, en el rol supremo del periodismo, para evitar la fiscalización de las acciones gubernativas!
Los partidos que pasen la valla final, aun obteniendo un porcentaje mínimo de representatividad que, siendo legal, resultaría ilegítimo, participarán en una segunda vuelta. En ese momento, que la emoción no perturbe nuestro raciocinio y logremos mantener nuestras convicciones que deben estar fortalecidas, por el conocimiento cabal de los futuros gobernantes. Repasemos y estudiemos la historia política del Perú, de las últimas 4 décadas. De ello depende el futuro del país.