¿Hace cuánto que compartiste una historia tuya con tu peque? ¿Sabe tu hijo, los juegos que practicabas en tu infancia?, ¿Compartes tus anécdotas con tu familia? Las historias tienen un gran poder; desde la existencia del lenguaje el ser humano se reunía junto al fuego para transmitir sus vivencias, experiencias y sentimientos.
Las historias no se las lleva el viento, llegan a lo profundo de quien lo recibe y construye parte de su esencia, brinda pertenencia, reconocimiento de los orígenes, y por ende otorga más claridad de lo que se desea en el futuro.
Las historias son gratuitas, están al alcance de las palabras, y estas pueden ser para transmitir las anécdotas de tus antepasados, tus vivencias de tu infancia o de adolescente, desde aquello que comías, los juegos, las relaciones, también las actuales, que acontecen en tu trabajo, con tus amistades o familiares.
Recordemos que contar historias nos permite hablar de nosotros mismos, de nuestro entorno, de hechos gratos y también los que no lo fueron, ayuda a transmitir, además, de conectar, empatizar, compartir un tiempo, demostrar interés y afecto.
Regalarles momentos llenos de historias a nuestros peques permite crear un espacio de relacionamiento con ellos para compartir palabras, gestos, amor y crear lazos de conexión profunda que le dé la oportunidad de reconocer sus raíces, fortalecer la conexión y adquirir seguridad, claridad y compartir valioso momentos que se llevarán en la mente y el corazón.