Por años relegados al margen de la economía formal, los mineros artesanales del Perú intensificaron su exigencia para que el Estado amplíe y agilice el proceso de formalización. En recientes encuentros regionales, gremios mineros de zonas como Puno, Madre de Dios y La Libertad señalaron que los plazos actuales resultan insuficientes frente a la complejidad técnica y financiera del proceso, lo que perpetúa la informalidad y el estigma social asociado a su labor.
Los representantes del sector artesanal argumentan que, pese a su voluntad de regularizarse, las exigencias burocráticas —como estudios ambientales, titulaciones, y permisos sectoriales— requieren asistencia técnica constante y recursos que muchas veces superan sus capacidades.
Además, alertaron que sin una prórroga o flexibilización de los criterios, miles de pequeños productores quedarán fuera del Registro Integral de Formalización Minera (Reinfo), lo que desencadenaría conflictos sociales y pérdida de empleos.
En respuesta, el Ministerio de Energía y Minas declaró que evalúa mecanismos que permitan una formalización más inclusiva y eficiente. Entre las propuestas se discute implementar asesoría directa en zonas mineras, simplificar procedimientos sin afectar estándares ambientales y promover alianzas con gobiernos regionales para acelerar trámites. Sin embargo, aún no se ha oficializado una ampliación de los plazos ni se ha publicado un cronograma concreto de acciones.
Mientras tanto, cientos de mineros se encuentran en jornadas de protesta presionando a las autoridades por su formalización. Esperemos que ello encuentre una solución antes que el conflicto social estalle en la cara de nuestro Gobierno.
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