Uno de los principales problemas que han afrontado los últimos gobiernos es la falta de una mayoría en el Congreso o siquiera de un partido político debidamente consolidado para garantizar el respaldo necesario en el ambiente político del país. Se ha visto que siempre resulta importante contar con el apoyo de representantes en el poder legislativo que garanticen la base para las reformas que plantean los sucesivos gobernantes para nuestro país.
Ollanta Humala y Pedro Pablo Kuczynski tuvieron serios problemas ya que la bancada oficialista que los respaldaba no tenía la mayoría en el Congreso y por lo tanto tuvieron que hacer alianzas para respaldar las diversas propuestas de su plan de gobierno. Por su parte Martín vizcarra ni siquiera contaba con un respaldo significativo y este fue uno de los motivos tácitos que lo obligó a cerrar el Parlamento.
Francisco Sagasti contaba con un respaldo minoritario, pero le ayudaba el hecho de ser la persona que encabezaría la transición hacia un gobierno elegido democráticamente y por lo tanto sugestión nacía con el respaldo consensuado de todas las fuerzas políticas que buscaban paliar los daños en nuestro país. Cuando Pedro Castillo llegó al poder tampoco su agrupación Perú Libre contaba con la mayoría en el Congreso y ya vimos como acabó su gestión.
Con Dina Boluarte en el poder la situación no cambió. Aunque a ello se suman algunas denuncias por la conformación de una agrupación política que sería organizada por su hermano Nicanor. Cuál sea la respuesta, lo cierto es que esta estrategia se apoya en el hecho que el actual mandataria tampoco cuenta con una fuerza política que la respalde.
Así ha transcurrido la historia de nuestro país en las últimas dos décadas. Con una clase política cada vez más fragmentada y con un impacto severo en el resto de estamentos del Perú que tampoco pueden salir adelante completamente debido a la falta de líderes con el debido aparato político.