Muchas veces nos preguntamos ¿cuál es el rumbo de la educación? ¿Quiénes planifican los programas educativos? ¿Cuáles son los estándares de la educación? ¿Con que se mide la calidad educativa? ¿Cuán preparados están los especialistas para capacitar y supervisar? Entre otras preguntas.
Lo cierto es que la educación no tiene un rumbo definido, seguimos experimentando, malogrando generaciones y persistiendo en una educación tradicional que no responde a las exigencias de este mundo globalizado, nos engañamos con la educación virtual y no tenemos los instrumentos necesarios, menos las estrategias para generar este tipo de educación, nosotros mismos vivimos engañados cuando consumimos estos productos que son bajos de calidad y no tienen un sustento técnico pedagógico.
Los que dirigen las instituciones educativas muchos no son maestros de profesión, solo ven la educación como un negocio rentable, por eso encontramos colegios preuniversitarios que no inculcan valores y solo buscan el ingreso a la universidad, colegios que no tienen infraestructura, carencia de laboratorios, maestros sin haber estudiado la carrera y la explotación con sueldos que no alcanzan para sobrevivir, colegios que solo se mantienen por nombre, y peor aún, universidades que dan títulos sin dar una preparación adecuada a los futuros profesionales.
Necesitamos hacer una revolución educativa, mediante programas de capacitación, que hagan que los maestros de educación básica regular y universitaria tengan instrumentos que les permita manejar nuevas estrategias de enseñanza buscando desarrollar las capacidades, habilidades, destrezas y talentos de los educandos. También se deben regular a las instituciones, que den garantía de una buena enseñanza que permita desarrollar la competitividad, la adaptación y la innovación.
El gran responsable de que la educación camine sin rumbo es el Estado, los líderes, y la misma sociedad, porque preferimos enfrascarnos en otros problemas y dejamos de lado la parte formativa de las futuras generaciones, si queremos cambiar debemos priorizar la educación, pero una educación con valores para exterminar la corrupción, las universidades deben cumplir un verdadero papel formativo y ser fuente de solución de problemas, las leyes se han hecho para cumplir y si queremos entrar al mundo educativo lo primero que se debe hacer es cumplir con cada una de las obligaciones y responsabilidades, la educación permite a los maestros ser los arquitectos en la construcción de vidas, alfareros para modelarlos como personas y ejemplos para cambiar esta sociedad.