Por: Mario Gustavo Berrios Espezúa
Seamos sinceros, ¿cuántos padres hablan realmente de sexo y sexualidad con sus hijos? Y aquellos que lo hacen, ¿no desearían que profesionales capacitados refuercen estos temas en las escuelas? En sociedades conservadoras como la nuestra, discutir estos asuntos sigue siendo un tabú que pocos se atreven a enfrentar. Por ello, esta semana el Consejo Regional de Arequipa promulgó la Ordenanza Regional 538, que implementa la educación sexual integral (ESI) en los sectores de educación, salud y espacios comunitarios de nuestra región.
En síntesis, esta ordenanza establece un marco legal para la implementación de la educación sexual integral (ESI) con enfoque intersectorial, territorial y preventivo. La Gerencia Regional de Educación y la Gerencia Regional de Salud promoverán la ESI como parte de la formación integral de los estudiantes y como estrategia para enfrentar problemáticas como la violencia sexual y el embarazo adolescente. En el ámbito educativo, se plantea asistencia técnica desde las UGEL, incorporación de la ESI en un currículo regional diversificado, planificación de acciones preventivas, monitoreo institucional y creación de incentivos para reconocer buenas prácticas. Se enfatiza la participación activa de estudiantes, familias (si, también ustedes papitos y mamitas) y comunidad educativa, así como la capacitación de actores educativos en coordinación con el sector salud. En el ámbito comunitario, se promueve el fortalecimiento de espacios como los centros de desarrollo juvenil, la participación de agentes comunitarios y la creación de condiciones para el ejercicio de derechos sexuales y reproductivos. Se establece la necesidad de detectar señales de alerta que afecten a niñas, niños y adolescentes, articulando con instancias de protección. La ordenanza también contempla campañas comunicacionales regionales con enfoque formativo, el acceso a servicios diferenciados de salud sexual y reproductiva para adolescentes, y la asignación presupuestal en los planes operativos institucionales de los sectores involucrados.
Hasta aquí todo parece normal y responsable, pero ¿por qué el arzobispo de Arequipa, algunas autoridades distritales y grupos ultraconservadores se oponen a esta ordenanza? Quiero pensar que es por desconocimiento, pero en realidad se oponen sin fundamento. En cada norma que promueve la ESI ven el fantasma de la supuesta ideología de género, temiendo que sus hijos sean homosexualizados o que sus hijas aborten; afirmaciones absurdas. Al final, no educan ni permiten la educación, mientras aumentan los casos de abuso sexual infantil, no solo por familiares, sino también por sacerdotes y cada vez más niñas quedan embarazadas, arruinando sus vidas.