Dos hechos han llamado la atención sobre nuestra naturaleza durante los últimos días. Primero la disminución en el nivel de las aguas del lago Titicaca que, según las estimaciones más negativas del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) podría llegar a los 99 centímetros a fin de año.
Esta situación ya puso en aprietos a los pobladores de Puno. Por ejemplo diversas embarcaciones, que antes brindaban el servicio de recorrido turístico o traslado de productos por el lago navegable más alto del mundo, han quedado varadas en las orillas debido a la disminución del nivel de las aguas.
En el lado boliviano del lago la situación no es diferente. Inclusos especialistas indicaron que el Titicaca está destinado a secarse y no hay marcha atrás.
Los últimos estudios señalan que esto se debe a dos factores principales: la disminución en el caudal de los afluentes y el incremento en los valores de las temperaturas acelerado por el cambio climático y que impacta en la evaporación más rápida de las aguas.
Sin embargo, este no es el único recurso que atraviesa por una severa crisis. Ayer, sábado, se lanzó una alerta desde nuestra selva pues los ríos como Amazonas, Nanay y Napo han recibido la declaratoria de alerta desde el Senamhi porque también el nivel de sus aguas ha disminuido. En este caso se trata de un problema generado por la baja en la temperatura de las aguas del oceáno Atlántico que origina falta de precipitaciones.
Sea cual sea la razón de estos problemas que afectan a nuestros recursos naturales, lo cierto es que nuestras autoridades deben estar más pendientes de los cambios acelerados por el cambio climático.
Recordemos que de nuestro entorno sale la fuente de más ingredientes que alimentan nuestra despensa y aparato productivo en general.
Estamos a tiempo de cuidar nuestro hogar.