Los niveles de inseguridad ciudadana están alcanzando niveles cada vez más insospechados. Se cumplieron diez días del secuestro de una empresaria en la capital de la república sin resultados para hallar a los responsables y, por el contrario, con el pedido de la familia hacia la Policía para que se aparte de las negociaciones con los secuestradores. Se teme que la afectada sufra más daño tras mostrarse fotos de ella con el dedo mutilado.
En todo el país la situación es muy delicada. Cada cierto tiempo estamos con problemas de secuestros, extorsiones, robos al paso, entre otros, que solo dañan al aparato productivo al afectar a ciudadanos que solo cometieron el “pecado” de tener un poco más de éxito y prosperidad económica que generan el interés de personas inescrupulosas que quieren obtener a toda costa “beneficios” causando daños a inocentes.
Ahora se trata de una joven empresaria. Al parecer, un peligroso y prontuariado delincuente estaría detrás del secuestro donde se maneja un monto de dos millones de soles por liberar a la mujer, cuya familia ya tomó la decisión de llevar adelante el rescate y juntar el dinero para tener de vuelta a su integrante en el hogar.
Mientras tanto, nuestras autoridades y, en especial, nacionales, se preocupan en otras actividades que dejan de lado la lucha contra la inseguridad. Al parecer se cree que, con la declaratoria de emergencia, se estaría solucionando todo cuando en realidad solo es un paso más en lograr la paz interna en el país.
Todavía necesitamos más compromiso de todos para evitar que más actos como el secuestro de la empresaria en Lima se repitan. Pensemos en las familias que día a día luchan por salir adelante y no merecen estar en incertidumbre frente al avance de la delincuencia.