El canciller del Perú, Javier González-Olaechea dijo que no se sabe cuánto dinero reciben las organizaciones no gubernamentales (ONG) y estimó que de las 375 mil existentes en el país sólo están inscritas 2900 de manera voluntaria en la Agencia Peruana de Cooperación Internacional (APCI).
Sin embargo, agregó que todas las ONG inscritas en el Perú reciben 300 millones de dólares al año, desconociendo el total del resto de dinero que reciben del exterior mediante la cooperación internacional estos organismos no registrados en la APCI.
Lo grave de este tema es que no existe control del dinero que reciben y no tributan a la Sunat, que en muchos casos pudiera darse casos de lavado de activos. La ley les exonera de pagar tributos.
Esta revelación del canciller traer nuevamente al escenario la falta de fiscalización a estos organismos tanto en el tema del dinero que reciben como de las acciones que cumplen con el dinero recibido. Como por ejemplo la ONG IDL tiene antecedentes de haber defendido a exterroristas y logrado en algunos casos el pago por parte del Estado por reparación civil, como es el caso de la terrorista Lori Berenzon o Jaime Francisco Sebastián Castillo Petruzzi, conocido como “Torito”, que es un exmilitante de la organización terrorista peruana Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA). Ambos gozan de libertad en Estados Unidos y Chile, respectivamente.
Hay otras ONG dedicadas a oponerse a las operaciones de nuevos proyectos mineros, como Tía María, en Arequipa; Conga, en Cajamarca, entre otros, que logran concientizar a las comuneros campesinos o pobladores locales, bajo la consigna que existirá contaminación ambiental. Lógicamente para estas acciones cuentan con dinero del extranjero para cubrir los gastos.
Las entidades internacionales que envían dinero, en la mayoría de casos, lo hacen de buena fe, sin saber exactamente el daño que provocan en la estabilidad social, política y económica del país. Simplemente se basan en el diagnóstico que reciben de un problema social y de los reportes de las acciones cumplidas.
Sin embargo, hay otras ONG que sí cumplen un verdadero rol de apoyo al desarrollo de pueblos necesitados, como es la defensa de la amazonía o trabajos en comunidades campesinas y que a veces no son publicitadas.
Volviendo al tema principal, no se puede tener ONG que reciben dinero sin control alguno y que en muchos casos este dinero sirve para socavar el estado de derecho del país o que son utilizados por grupos de poder económicos, como Odebrecht, para lograr sus fines contra todos los peruanos.
Está en manos del Congreso legislar sobre estos temas, en salvaguarda de los intereses del Perú y de todos los peruanos.