Muchas veces sobredimensionamos las capacidades de las personas. Muchas veces surge un líder carismático cuyas cualidades más que propias, son creadas y recreadas por sus seguidores. No saben ni son nada, pero la gente le atribuye cualidades extraordinarias, son una especie de “super hombres” que todo lo hacen bien y todo lo pueden hacer.
Nuestros líderes locales y regionales son esos líderes carismáticos sobre los cuales hay un manto de grandeza muy inmerecido. Veamos, por ejemplo, lo que nuestro actual “gobernador” regional viene haciendo: prácticamente nada. En estos más de 100 días de gestión regional las constantes han sido las investigaciones fiscales a su gestión, las denuncias periodísticas sobre la injerencia de su esposa en las decisiones políticas y su silencio cómplice.
Como ya lo dije en una columna anterior: estamos frente a un Ollanta Humala characato, un cosito 2.0 que, según los mensajes de WhatsApp difundidos por los medios de comunicación, recibe órdenes de su esposa, la denominada “patrona de Arequipa” quien pareciera ser la que ata y desata en el gobierno regional. Solo eso a requerido la intervención del ministerio público, rumores de gente al interior del gobierno regional confirman el poder real de la “patrona” y que el gobernador se limita a obedecer a ciegas a su esposa. No obstante, de las serias acusaciones, el gobernador guarda silencio: un Castañeda characato o un mudo 2.0. Lo peor de la política limeña y nacional, en nuestra propia región. Por otro lado, la instancia regional llamada a fiscalizar al gobernador Sánchez, no hace nada y de manera cómplice viene postergando su presencia en el consejo regional para que explique estas acusaciones. Tan igual o peor que el Congreso nacional y su alianza con el ejecutivo de Boluarte. La consigna parece ser: si no se habla del tema, nunca existió.
Mientras tanto la región sigue a la deriva: a 4 meses de iniciada la gestión seguimos sin un director o directora de la Biblioteca Regional Mario Vargas Llosa, lo cual es muestra de la nula preocupación del ex rector de la Unsa por la cultura y, peor aún, por el patrimonio de nuestro premio Nobel. ¿Qué diría Vargas Llosa si se entera que no hay un responsable directo de sus amados libros? Rohel Sánchez sigue con nota desaprobatoria como gobernador o, mejor dicho, ¿la patrona de Arequipa está desaprobada?
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