Cinco días de temblores y la naturaleza nos muestran la fragilidad en la cual se encuentra toda la zona sur del país con un silencio sísmico vigente desde hace más de 150 años y que podría conllevar a la ocurrencia de un desastre de gran magnitud en cualquier momento y lugar.
En primer lugar tenemos a los diferentes sismos ocurridos en la provincia de Caylloma en especial cerca al distrito de Maca. La población del sector incluso ha tenido que salir a las calles y dormir en carpas acondicionadas debido a que no se sienten seguros en sus viviendas construidas de manera precaria.
Ahora los pedidos de ayuda son más urgentes pues se suma otro problema en el sector cómo son las heladas.
Durante este miércoles también se produjeron movimientos sísmicos en el litoral arequipeño estos nos recuerdan la importancia de mantener vigilado el mar debido a que tras un sismo puede darse la ocurrencia de un tsunami.
Hasta el momento los especialistas y autoridades del instituto geofísico del Perú atribuyeron los movimientos telúricos de la provincia de Caylloma a las fallas tectónicas de la zona y que pueden activarse en cualquier momento.
En el caso del mar se tiene el impacto de las placas continentales lo cual degenera en la explosión de energía que puede derivar en un sismo de gran magnitud.
Estos hechos merecen la reflexión de todos ante la necesidad de cuidarnos y estar preparados para que un desastre natural no nos agarre desprevenidos.
Por lo tanto debemos acatar las diferentes recomendaciones de las autoridades con la finalidad de proteger a nuestras familias y de esta manera demostrar que como sociedad estamos avanzando hacia un futuro mejor.