Las consecuencias generadas por nuestras inevitables visitas que invadieron nuestra tierra han generado una serie de desencuentros acompañados de sangre, drogas y el incremento de las incidencias delincuenciales, por otro lado las malas costumbres de algunos ciudadanos extranjeros viene agravando los sistemas de paz y tranquilidad, pero este problema social está acompañado con algunos funcionarios indolentes y solo generamos actitudes políticas que buscamos sacar saldos políticos y para nada interesa el verdadero problema que nos viene acarreando hacia la indiscriminada microcomercialización de drogas, acompañado del alcoholismo y los abusos en contra de niños y mujeres con casos como son el feminicidio o la trata de personas.
Además, lamentablemente se aprecian como los fenómenos criminales son crecientes como es el lavado de activos, la influencia de la minería ilegal, hechos que son muestra lamentable, pero de persistente ignorancia que genera y contribuye a la práctica de la política de la avestruz; porque no tenemos los pantalones bien puestos para luchar contra esta lacra que carcome a los falsos líderes que se desgarran las vestiduras y dicen luchar por la paz y la tranquilidad ciudadana.
Seguimos creciendo delincuencialmente y dejamos de lado a quienes realmente procuramos buscar la paz y la tranquilidad ciudadana, y lo peor de todo engañamos a nuestra sociedad sin pensar en desarrollar la administración moderna que reclama persistencia y permanencia en el control y el buen manejo de procesos.
Hemos encontrado una gestión tristemente fracasada y se viene encontrando despilfarros de los bienes, sin contar con los malos manejos que se generan las medidas populistas y poco responsables.
Soñamos con una sociedad camino hacia la ciudad inteligente, pero nadie conoce el profundo tema de la Seguridad Ciudadana, con las verdaderas estrategias y las aplicables tácticas, que deben sumar y no restar, es bueno recordar que las aplicaciones organizacionales se aplican en función de la realidad de los 1874 distritos y 196 provincias, cada uno de ellos es una realidad distinta y no podemos libremente intentar generalizar aplicaciones desfasadas y poco aplicables a nuestra múltiple polifacética realidad peruana.