Las lluvias han mostrado el estado lamentable de la infraestructura vial en general. Bastaron solo algunos días de lluvia para originar deslizamientos que bloquearon las vías de comunicación y por ende dejaron poblados incomunicados, ni que decir de las viviendas ubicadas en zonas de riesgo y que cedieron ante el avance de las aguas.
Este se vio reflejado en la tragedia que vivió el anexo de Secocha tras los huaicos que sucesivamente afectaron la zona el último domingo.
Han transcurrido más de 48 horas desde el desastre natural y la ayuda todavía llega a cuentagotas debido a que el acceso es muy difícil y está supeditado al capricho de nuestro clima.
Esta situación obligó a suspender varias veces el despliegue de apoyo entregado por el gobierno. Se intenta trasladar los productos vía aérea pero nuestra naturaleza obliga a decir que no.
Lamentablemente, el acceso por tierra es difícil, por no decir imposible en estos momentos.
Nuestra red vial es muy precaria y este panorama se vio acrecentada por las lluvias. Esta no es noticia reciente por lo que se demuestra la poca respuesta de nuestras autoridades.
Todos los años tenemos lamentables episodios. Hoy fue Secocha, la provincia de La Unión y Condesuyos donde sus pobladores quedarían incomunicados si es que las aguas aumentan su nivel.
No puede ser posible que en pleno siglo XXI demore en llegar tanto tiempo la ayuda a distritos de Arequipa. Esperemos que luego de esta temporada nuestras autoridades pongan las barbas en remojo y se asuma con responsabilidad la preocupación por el estado de nuestras vías.
De lo contrario, se repetirán episodios tristes donde el más afectado es el poblador de a pie.