Son destacables los esfuerzos de un grupo de personas y bomberos en la lucha contra los incendios forestales que afectan al país. Todo lo contrario pasa con la actitud el Gobierno que reaccionó muy tarde y de manera poco eficiente.
Según la presidenta Dina Boluarte no actúo por la presión de diferentes sectores, pero después de la tragedia ambiental, recién declaró en emergencia a tres de las 22 regiones del país que son afectadas por los siniestros. Ante la desidia del Ejecutivo, desde el cielo llegó la esperanza para miles de personas que ven impotentes como los incendios forestales arrasan con todo. Por ejemplo, en la región San Martín bastaron dos horas de fuertes precipitaciones para apagar todo rastro del fuego que durante los últimos días acabó con todo a su paso.
Similar panorama se repetirá en otras regiones de la sierra y selva. Así lo señalan los reportes del Senamhi pues el inicio de la primavera, el 22 de septiembre, viene acompañado del incremento de las temperaturas diurnas al igual que la humedad en diversas regiones. Ello a su vez deriva en lluvias que pueden representar la esperanza para salvar nuestro entorno.
Las lluvias no solo traerán la salvación para nuestro medio ambiente afectado por incendios. Este fenómeno también permitirá, en parte, recuperar el caudal del río Amazonas y el nivel del lago Titicaca. Ambos sectores perdían agua de manera alarmante debido al déficit hídrico que afronta el Perú.
Así, la ayuda divina permite que nuestro país tenga una esperanza frente a una nueva tragedia ambiental. Pues, nuestras autoridades tuvieron un papel menor para atender la emergencia.
Ahora los incendios forestales llegaron a Lima y aunque ayer la respuesta fue tibia, esperemos que no sea tarde para que el Ejecutivo enmiende sus errores.