Un nuevo debate pone en la arena política a nuestro (no tan) ilustre Congreso. Esta vez, durante la semana se estuvo manejando de diferentes maneras la propuesta de incremento en el pago de la asignación por representación hasta llegar a los 11 mil soles, lo cual sumado a los 15 mil que reciben como sueldo mensual, nos da un momento superior a los 26 mil soles, casi nada en un país que actualmente lucha por aumentar el sueldo mínimo, salir de la crisis económica que le dejó la pandemia y la inestabilidad política.
Al respecto han surgido posiciones de todo tipo. Tenemos legisladores que se mostraron en contra del incremento, sobre todo por el contexto de inestabilidad que vivimos. Otro grupo, siendo más diplomático, señaló que nunca fue consultado sobre el tema pero que sería lo más adecuado que no se vea todavía. Otro sector, más frontal, indicó que sí respalda el aumento por diversas razones. El debate parece que llegó a su fin luego que, el último viernes, la mesa directiva decidiera mantener su propuesta.
Algo muy llamativo es la celeridad con la cual se resolvió esta situación. Otros temas de coyuntura y de mayor importancia para el país han tardado meses en ser agendados y votados. Tenemos por ejemplo el debate del nuevo retiro de las AFP, las investigaciones a parlamentarios en la comisión de Ética, iniciativas para el sector educación, entre otras.
En ese escenario esperamos que, tras la semana de aumentos, también mejore la labor del Congreso en bien de la ciudadanía. Más allá de incrementos, lo cierto es que en cualquier caso debe ser merecido. Sin embargo, lo que se ve es que nuestro Parlamento poco o nada hizo por ganarse el hecho de tener más sueldo.